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Año nuevo cargado de esperanzas de paz

Mente positiva y

corazón lleno de

amor para decir...

“¡TE AMO!”

La Guajira, en medio de un ambiente lejos de los estragos de la guerrilla, se ha visto acosada por fuerzas oscuras que llegaron para acabar con la tranquilidad que siempre había vivido

La alta Guajira no sufrió los embates de las guerrillas colombianas, pero sí fue víctima de los paramiltares. Hubo situaciones de extrema violencia y una de ellas inspiró la película ‘El regreso’, escrita y dirigida por Patricia Ortega y  que narra la historia de una niña wayúu que logra sobrevivir  a la masacre  de su pueblo, en Bahía Portete, y se ve obligada a crecer en un mundo que desconoce.

‘La paz y la guerra’... Cinco años se llevó escribir ‘La guerra y la paz’ de Tolstoi… ¿Cuánto tiempo se requerirá para que en Colombia todos sepamos que es mejor la paz que la guerra? Por la paz, hasta el jefe de las Farc Timochenko ya no es Timochenko sino Rodrigo Londoño Echeverri y ya no dispara balas sio que firma pactos con un baligrafo… Santos la convoca, pero Uribe… Ya es hora de que escribamos en Colombia la nueva historia: ‘La paz y no la guerra’

de amor para que este germine y en medio de nuestro desierto construyamos un oasis de amor, amor que esparciremos en todo el territorio nacional para que este brote en cada colombiano y no escatimemos esfuerzos para que podamos decirle a nuestros familiares y amigos, desde lo más profundo de la sinceridad, esas dos palabra: ¡TE AMO!

Dios Todopoderoso nos bendiga y nos llene de amor, esperanza, regocijo y por fin podamos darnos un abrazo

lleno de gozo y paz

Recuerdo los tiempos de mi ni-

ñez, en esos tiempos nuestros padres con solo una mirada nos regañaban, nos inculcaban el respeto a los mayo-res y la obediencia. La correa, la ta- bla, la chancleta o la vara eran nues-tros formadores y a pesar de eso nun-ca necesitamos psicólogos.

Espero no haberlos cansados

con esta cantaleta, pero creí necesa-rio empezar el año nuevo con un tema constructivo y creo haberles dejado un mensaje que nos permita visualizar el futuro de nuestra región y de nuestros niños y jóvenes. Solo me queda decir-les que La Guajira merece un mejor destino y en nuestras manos está la posibilidad de construirlo.

Me permito sugerirles que ha lle-

gado el momento de despojarnos de odios y rencores, ojalá y hayamos aprovechado el fin de año para reflexionar y recibido el año nuevo con una mente positiva y un corazón lleno

cultivo del desafuero de la juventud ya que les han dado unas herramientas que coartan la autoridad de los padres al inculcarles sus derechos, pero omiten advertirles cuáles son sus deberes como hijos.

Hoy en día es común ver a muchos niños amenazando a los padres con llevarlos al ICBF y acusarlos de mal-

trato, por solo regañarlos ya que, según las leyes, eso es maltrato sicológico y traumatiza al menor. Lo más grave es que este centro les da la razón a los niños.

Esto ha provocado el libertinaje de los menores llegando al extremo de que los padres sean quienes le teman

a la reacción de los hijos. Es inaudito que niños de 12 años ya hayan asesinado a personas y la ley les impone penas irrisorias recluidos en reformatorios donde ellos hacen y deshacen y desafían a las autoridades que no pueden hacer nada porque si emplean la fuerza son acusados de violar los derechos del niño.

Es hora ya de recomponer las cosas y permitir que los padres impongan su autoridad sobre sus crías. Y que

la ley castigue al niño homicida con penas similares a las de los mayores, porque si es capaz de matar debe tener la capacidad de asumir las consecuencias de sus actos. El menor homicida debe pagar en un centro de reclusión de menores, sí, pero al cumplir la mayoría de edad debe ser trasladado a una cárcel de mayores hasta pagar el resto de la condena.

historia nos reivindique y registre a nuestra generación como la gestora de la construcción de la paz.

Ante un posible escenario pacífi-

co nuestros gobernantes deben tener el carácter suficiente para exigirle al gobierno central más presencia en nuestro territorio, que desde ya empie-cen a elaborar proyectos productivos que impulsen el desarrollo de nuestra región que está huérfana y necesita del esfuerzo y solidaridad de sus hijos.

Es importante que se visualice el

desarrollo de nuestros niños y jóvenes, que estos se constituyan en una ver-dadera esperanza y forjadores del fu-turo. Nosotros, los mayores, debemos aportar nuestro grano de arena construyendo desde nuestro hogar personas de principios y con la preparación suficiente para que sean los forjadores de un país mejor.

El tema de los niños, en la actualidad es preocupante, porque las mismas leyes se han convertido en caldo de

sido desplazada de su territorio debido a las masacres cometidas por esas fuerzas oscuras y siniestras que han asesinado a mujeres, hombres, niños y ancianos.

No podemos desconocer que nosotros hemos vivido nuestra propia guerra originadas entre clanes wayuu y 

familias de arijunas que diezmaron a sus integrantes. También vivió la guerra que se originó con la llegada de la bonanza marimbera, la cual trajo mucho dinero que ocasionó que ante las inmensas riquezas que esta produjo, se dieran actos que generaron guerra entre hermanos debido a que todos querían sobresalir ante los demás logrando con ello una confrontación por el poder en la región.

También debemos reconocer que el sector de la alta Guajira no sufrió los embates de las guerrillas colombia-

nas, pero sí fue víctima de los paramiltares que llegaron a este territorio abriéndose paso a sangre y fuego, asesi-nando a muchos hermanos wayuu, bajo la mirada connivente del gobierno central.

En la actualidad vemos con esperanza la llegada de la paz, pero tememos una arremetida de los paramilitares

y que volvamos a sufrir la desgracia de convivir con este sanguinario grupo, ya que nuestro territorio es un sitio estratégico para la exportación de la droga, lo cual provocará que estos grupos se enfrenten para obtener el domino del territorio, pelea que dejará como consecuencia un nuevo desplazamiento de nuestros indígenas.

Con esta nota se busca alertar a nuestros gobernantes y a las autoridades para prevenir una posible guerra

en nuestro territorio. Esto debemos evitarlo a toda costa, no podemos permitir que nuestra tierra sea escenario de una cruenta contienda. Nosotros amamos y queremos la paz y rogamos para que esta se establezca en nuestro territorio.

La paz es un derecho de todos los colombianos y nosotros somos colombianos y por eso clamamos y exigi-

mos poder vivir en paz, queremos que nuestros hijos y nietos reciban un país en paz y plena armonía, que la

La Guajira, nuestra hermosa

y paradisíaca península, con un bello oasis que surge en medio del desierto —la Makuira—, habi-tada por sus hijos que crecieron en medio de un ambiente lejos de los estragos de la guerrilla, en los últimos años se ha visto acosada por fuerzas oscuras que llegaron a nuestro territorio para acabar con la tranquilidad que siempre habíamos vivimos.

Hoy, este Departamento se

une a ese clamor de paz que se escucha en todo el territorio con la esperanza de acabar con este conflicto que ha devastado a nuestra etnia wayuu, la cual ha

Se fue el año vie-

jo y ha llegado el año nuevo, del primero solo quedan los recuerdos y ante el segundo mu-chas esperanzas para enfrentar el futuro en aras de construir un mejor país a fin de que nuestras descenden-

cias tengan un mejor modo de vida, lleno de paz, esa paz que se perdió hace decenas de años y que ha dejado una estela de sangre inmensa.

Desde hace seis años el presidente Santos ha venido luchando por conseguir la

paz en medio de una oposición guerrerista que no concibe un acuerdo entre la guerrilla más antigua del mundo y el gobierno, un grupo armado que lleva en guerra con el Esta-do más de sesenta años, una guerra inclemente e insensata que ha causado destruc-ción, pena y dolor.

La extrema derecha, liderada por siniestros personajes ante un eventual acuerdo

de paz, está llevando a cabo una campaña desestabilizadora encabezada por el expre-sidente y hoy senador de la República Álvaro Uribe Vélez, secundado por un séquito de áulicos ávidos de sangre, lo cual hace prever que fuerzas oscuras van a resurgir para impedir esa paz que tanto añora el pueblo colombiano.

Estos son los deseos del autor de esta nota y la dirección de El Muelle Caribe para el año que acaba de arrancar para todos los seguidores de este blog de crónicas y opinión.

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