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(del 13 al 20 de febrero)

# 91

(Haga click sobre las imágenes)

Otra salida hacia el pasado, sin maniqueísmo

Tres encuentros en dúo: ellos dos en el primero con Guillermo Valderrama en ‘La romana’, en el segundo con Antonio Medina Gómez y en el tercero con María Mercedes Pertuz Ávila, en ‘Kalifa’ —todo en el entorno del Centro Histórico de Bogotá—, llevaron a Jorge Medina Rendón y a José Orellano a precisar recuerdos sobre el Premio Simón Bolívar que ganó El Heraldo en 1983, calenda en la que ‘el periódico de buena fe’ celebraba sus 50 años de fundado. Otra salida al pasado, infinidad de recuerdos y 

Evoquemos con Jorge Medina el 

Premio Simón Bolívar en 1983

de puntualizaciones, sin maniqueísmo. Encuentros que generaron una crónica que no se publicó debido a que surgieron inquietudes tendientes al logro de puntos de vista sobre aquella forma cuidadosa y responsable de ejercer el oficio bajo las orientaciones de un director y de su asistente: Juan B. Fernández Renowitzky y Olguita Emiliai Heilbron. De suponer: vienen de experiodistas de El Heraldo. La crónica se implementó. Es esta.

Aquella sencilla acción que, en

más de una ocasión,

salvó de errores al periódico

Desde Miami, Ricardo Rocha precisa un ejercicio de redacción para evitar fallas y errores en aquel periódico. Kínder, de Olguita o de Remedios ‘La bella’, siempre ha llevado tilde (´ ) en la í, y linotipo seguía siendo linotipo, aun después de saltarse al Off-set.

Un filtro perfecto, anti-errores
La croniquilla, a luz de mechón, de “El cronista soy yo”

Nada que nos

alumbra, pero

¡cómo cobra!

‘Electri-

apagón’

Se las ingenia “El cronista spy yo”, es decir: Fernando Molina Molina y, ante la seguidilla de prolongados apagones que les cobra el operador de este servicio público, ha decidido cambiarle la razón social de Electricaribe a ‘Electri-apagón’ y, de paso, contar las peripecias que hubo de vivir para lograr hacer efectivo un derecho de petición no surtido oportunamente a pesar del mandato legal. Ni en esto es puntual ‘Electri-apagón’. 

Nota: A raíz de nuestra selfie-video-editorial sobre ese desabrido ‘Polvo canavalero’ de Caracol-TV,

hemos sido notificados por YouTube del siguiente comentario enviado a ese portal el 24 de enero…

Amparo del Socorro De la Rosa Contreras Hace 2 semanas Comentario destacado:

Estoy de acuerdo y así he hecho mi reclamo a Amparo Pérez, de la defensoría del televidente. Toman el

nombre del Carnaval de Barranquilla, para engañar al televidente. Es que Cock, Dago García y su combo están tan “cerca de las estrellas” que aparecen como miopes que han extraviado sus anteojos. En dos capítulos seguidos, aparece la bandera de Barranquilla: verde y amarillo con franjas del mismo tamaño, sin embargo, el color rojo, es un pequeño listón. Cuando presentan las imágenes de las comparsas, escasos participantes, desordenados con vestimentas improvisadas. Por favor lo censurable es que nosotros los barranquilleros dejamos que atropellen nuestra identidad. Estoy de acuerdo, los actores participantes deben exigir respeto. Soy caribe, soy bacana y orgullosamente barranquillera, defensora de nuestra cultura.

José Orellano: Gracias Amparo del Socorro. Apenas vi tu comentario en YouTube este domingo. Valoro tu

punto de vista. Y como barranquillero que soy, lo presumo, aunque no te conozca: ¡eres pura bacanería!

Una notificación en YouTube... 

“Censurable que los barranquilleros dejemos atropellar nuestra identidad”

Evocaciones periodísticas: Desde una sala de redacción
Estibando en la web

De Olivia Márquez,

Tarjetas y Festival

‘Indio Tairona’ (II)

del festival ‘Indio Tairona’ a celebrarse en octubre en ‘La perla de América’, que debe superar problemas de servicios públicos para ponerse a tono.

El estibador atisbó en la web, encontró tarjetas por el día del periodista y un PDF con información sobre la segunda edición

Nuevas Letanías... 
con toque de maestría

Recorrido tras las huellas de unas

letras y mirar entre rejillas hacia

el interior de ‘La cueva’: crónicas 

Capital de Vida en movimiento
Un par de amigos de El Muelle

La poeta y pintora cienaguera Emna Codepi, de reciente data, incluso de la web; y el excelso pintor barranquillero Humbero Aleán, de siempre, de toda la vida —45 años quizás—: dos amigos de El Muelle Caribe que coincidieron en la inauguración de la cuadragésima edición de la Muestra Pictórica & Musical del Caribe, titulada ‘Naturaleza y carnaval’, en la Galería de la Plaza de la Paz en Barranquilla. La exposición pictórica corresponde a la Fundación Talento Humano Barranquilla.

La lectura, cómodamente estirada en la ‘María-palito’ de su casa o en la abollonada ‘reclinomática’ donde recreaba sueños —“relax indescifrable que transportaba mi mente hacia otro mundo siempre desconocido: el del aprendizaje”— y su experiencia infantil con dos amigas del barrio cuando,

medio arrodilladas en el bajo pretil de cemento que sobresalía bordeando todo el lugar, espichaban sus rostros contra las rejillas de aquel sitio para descubrir locuras de hombres salidos de lo común, acciones que después harían parte de la historia artístico-cultural de Barranquilla: ‘La cueva’... Dos crónicas de Nury Ruíz Bárcenas, quien, como lo informa el aviso, ofrece sus servicios a escritores y gente interesada en redactar con pulcritud. 

Es goce, rumba, recocha, pero más que todo respeto a una tradición, con conservación de costumbres y expresiones cuturales que vienen de generación en generación gracias a la dinámica de la transmisión oral. Comienza otra semana de febrero y con su discurrir, el conteo regresivo hacía el sábado 25 de febrero cuando, encabezado por sus majestades las reina central Stephanie Mendoza, ‘Fefy’, y el rey Momo Germán Álvarez Cabrera, todo un pueblo dará rienda suelta a la alegría, el ingenio y la creatividad por 96 horas continuas, con breves lapsos para el descanso y la recuperación física. Este año, entre muchas cosas nuevas, con doce actos en diferentes barrios de la ciudad, programa ‘Iniciativas Carnavaleras’, como espacios que han de contribuir a la salvaguarda de la fiesta, con acceso gratuito para propios y visitantes y la contundente ratificación de una verdad de siempre: ¡Quien lo vive, es quien lo goza!

Aquella zona que fuera ‘tierra de nadie’, en pleno corazón de Barranquilla, calles 33 y 34 entre carreras 33 y 36: la ‘gran olla’ escenario para la delincuencia generalizada, el micro-tráfico y el consumo de drogas, la prostitución y la acumulación de basuras —enquistada en la historia de Barranquilla como ‘Zona cachacal’— atraviesa ahora por un nuevo destino. El sector ha sido intervenido por el Distrito, acción liderada por el alcalde Alejandro Char, y sometido a un ‘cambio extremo’ tanto en lo físico como en lo social y la convivencia: la gente está cambiando su modo de vida y de comportarse y toma consciencia de lo que va a significar en el futuro este espacio para la ‘Capital de vida’ y para ellos, valioso capital humano. Que procura también cambios en el entorno del viejo Hospital General.

‘Cambio

extremo’

a ‘Zona

cachacal’

Cuenta regresiva: ¡ya

viene el sábado 25!

¡A rumbeá, a rumbeá, que el el mundo se va a acabá
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