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La croniquilla de “El cronista soy yo”

Nada que alumbra,

pero... ¡cómo cobra!

Fernando Molina Molina la escribió

bajo la luz de un ‘mechón’ por causa

de Electricaribe y su continuo apagón

Tal es la situación que el usuario no sabe a ciencia cierta si el operar arregla o ayuda a darle sostenido al corte de energía.

Frente a las instalaciones de Electricaribe, en Barraquilla o en cualquier punto del Caribe, las protestas de usuarios por el pésimo servicio parecen no mover en lo más mínimo la voluntad de ‘Electriapagón’ para mejorar su obligación.

Superintendencia de Servicios Públicos domiciliarios y ya notificaron a Electricaribe para que en un término de cuarenta y ocho horas resolviera a mi favor las pretensiones del derecho de petición, que no resolvió a su tiempo el famoso Electriapagón.

Con los apagones cotidianos se han dado casos de Ripley, aquí les contaré algunos de manera sucinta:

En un partido de Colombia contra Argentina que se transmitía por televisión, James iba a cobrar un penalti, la adrenalina de los televidentes ante el inminente gol corría por el torrente sanguíneo estremeciendo el corazón, suena el pitazo arbitral y pum llegó el maldito apagón. Jamás había escuchado un hijueputazo ensordecedor que estremeció el firmamento como un gigante ciclón.

Y que talito la desbanda y el cipote carrerón que pegaron los que tomaban cervezas en la terraza de la

cantina de Don ramón. Festejaban alborozados el triunfo de selección que el partido había ganado cinco a cero que fiestonón, las mesas estaban repletas de cervezas sin cancelar, también se habían consumido muchas botellas de ron y en un santiamén pum, llegó el apagón. Se escuchó una voz que gritó: “Marica el último” y en veloz carrera se esfumaron sin pagar la Cervera ni los traguitos de ron. Pobre don Ramón quedó viendo un chispero por causa del apagón.

Ahora se han agravado los apagones sin beneficio,

el pueblo ya no soporta semejante sacrificio,

que liquiden a Electriapagón clama el pueblo en esta tierra

y que cada uno con su mechón mande pa´l carajo las tinieblas.

Fernando A Molina M

C.C. 7447730 de Barranquilla

T.P. 91666 del C.S. de la J.

Una señora regordeta con cara de peleonera

comentaba: “Qué se habrán creído estos maltraídos, que yo les voy a pagar las 8 facturas pendientes por valor total de $800 mil pesos… Mandan huevo los hijuetutas” y mostraba con sus dedos la figura incon-fundible del falo figurado. Mientras que otros per-manecían en silencio percibiendo en sus fosas na-sales uno que otro olor flatulento que de manera intencional se escapaba de algún desprevenido bichorrio para enrarecer el ambiente de semejante consultorio.

Cuatro horas y media debió esperar este ciu-

dadano para que le recibieran un derecho de petición rechazando el exagerado incremento de la facturación mensual, cuyo valor total ascendía a dos millones 500 mil pesos. Ha transcurrido un año siete meses y aún no he obtenido respuesta, ante la tipificación del consabido silencio administrativo envié copia del derecho de petición en comento a la

mensual del servicio por ciento cincuenta mil pesos y lo único que tengo en casa es un radiecito Philips y una lamparita de gas que me dejó de herencia la tía Eduviges”.

Mientras transcurren las horas y llega

el turno de ser llamado para ser atendido, podemos observar dos pantallas gigantes y dos pequeñas. En las dos pequeñas se puede visualizar el paso lento de cada turno y en las gigantes un vídeo con lujo de detalles de la cantidad de energía que consume cada electrodoméstico que usted utiliza en su hogar, acompañado de recomendaciones para el ahorro de energía y mensajes que anuncian el excelente servicio que ofrece a disposición del usuario Electricaribe, mejor dicho: Electriapagón.

Voces quejumbrosas, voces airadas que se esparcen en la sala de espera… Decía un viejito emputao: “Pa jodé a Electriapagón, me están cobrando facturas de consumo

“A esta vaina se la llevó ‘pindanga’”, decía Marcos Pérez Caicedo en su

noticiero Informando de la extinta voz de la Patria, noticiero que era uno el más escuchados no solo por la actualidad de las noticias sino por la originalidad en sus comentarios que eran complementados con chistes, anécdotas y refranes cuando de criticar implacablemente a la administración de turno, a la ineficiencia en la prestación

de los servicios públicos o a los cacareados racionamientos de luz y agua que se siguen repitiendo en una ciudad que se ha crecido de manera vertiginosa y que es según algunos  el mejor vividero del mundo.

Es evidente que Barranquilla paulatinamente ha cambiado su imagen, aquella ciudad postrada por las

administraciones plagadas de corrupción convertida en un basurero sin control, de barrios con sus calles polvorientas, de ramales de cables tejidos y portadores de energía, daba la impresión de una ciudad caótica, desorganizada y sucia. Ante semejante panorama Marcos Pérez Caicedo en sus intermedios noticiosos, con voz recia y firme, decía: “A ESTA VAINA SE LA LLEVÓ PINDANGA”.

Traigo a colación este popular refrán para referirme a la empresa que surte de energía a muchas re-

giones del país y que hoy día, debido a la ineficiencia en la prestación de este servicio domiciliario, la gente le ha cambiado su nombre por “ELECTRIAPAGÓN”.

Las pocas veces que he asistido a las oficinas de Electriapagón para interponer una queja o un derecho

de petición, las colas para conseguir un turno son interminables y es insuficiente la silletería disponible para descansar mientras se es atendido por uno o una de las funcionarias.

Letanías

Bajo la luz de un mechón,

la croniquilla se ha escrito,

ni el más jodido apagón

pudo impedir lo descrito.

Pa’el amigo José Orellano,  

dedico esta croniquilla,

inspirada en mi Barranquilla

con el mechón en la mano.

Estos versos en lejanía

de la fría Bogotá,

me suenan a letanía

pa’cantarlos en carnavá.

Para Muelle Caribe.com

Y su incansable estibador

escribo esta croniquilla

con amorosa dedicación

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