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Asignaturas pendientes antes de la consolidación

De los acuerdos de paz,

la nueva Colombia y la

participación de todos

La maquinaria de los ene-

migos de la paz se alimen-

ta de muertos (guerrilleros, sol-dados o civiles). Es una máquina perversa con propósitos guerre-ristas y hegemónicos.

¡Incrédulos! Quiéranlo o

no, la paz será un estado

social de esperanzas y realidades en beneficio de todos los colombianos. Únete a la gesta con buena voluntad, entusiasmo y fe inquebrantable.

La corrupción en el siste-

ma judicial es la más perni-

ciosa de todas ellas. Un pueblo sin justicia es víctima indefensa del poderoso, del bandido, del estafador, del mal gobernante.

En Colombia, solo la paz

nos traerá todas las flores

y frutos del desarrollo espiritual y material de la humanidad. Paz ahora y… ¡por siempre!

La pobreza hace del hombre un mártir.

Desvalidos sociales: forza-

dos por las plutocracias,

oligarquías, imperios y sistemas económicos a sufrir privaciones, pobreza, discriminación, humillaciones, apartheid.

Nadie habla mejor que

como piensa. Los materia-

les que conforman tus pensamientos salen por tu lengua o por tu pluma, y con ellos construyes o destruyes el edificio de tu vida.

Los opositores de los a-

cuerdos de paz, quedarán

convertidos en estatuas de sal, mirando hacia atrás, como los desobedientes de Sodoma.

La palabra
como arma

Por

Abel José

Rivera

García

Con la firma de un a- 

cuerdo de paz, todos —me- menos los uribistas y ‘dere-chosos de emisora’—, pen-samos en sistemas de go-bierno alternativos al actual, teniendo como paradigmas las socialdemocracias euro-peas de Suecia, Dinamarca, Islandia, Alemania, Francia, etc, distintos a Cuba y Ve-nezuela.

Los uribistas y ‘derecho-

sos de emisora’, quieren mos-trar que estamos en ese falso dilema de caminos: o el co-rrupto y plutócrata de la Colom-bia actual o los paupérrimos sistemas de Cuba y Venezuela. Los colombianos no debemos caer en ese falso juego de los detentadores de un poder para unos pocos corruptos y hegemónicos.

No se trata de apoyos a

Uribe, a Santos o a las FARC. Todos ellos pasarán a la histo- ria de nuestra Colombia, con todas las asignaturas socio-e-

El presidente Santos saluda a la artista negra Cecilia Silva Caraballo y a un integrante del grupo Tambor del Cabildo, participantes en la acto protocolario de la firma del nuevo Acuerdo de Paz, en el Teatro Colón de Bogotá.

conómicas, morales y éticas desaprobadas; solo que Santos facilitó la apertura del portón de la paz y la concordia entre los colombianos.

Pero, tengamos siempre en cuenta que es tarea de los colombianos todos,

planear, presupuestar, concertar y ejecutar la obra de una Colombia distinta (la Colombia del posconflicto), transformada a través del voto popular libre, en una patria de y a favor de todos; y no de las minorías plutocráticas y corruptas, que durante décadas han predado sin escrúpulos los bienes y las riquezas comunes, mediante la corrupción y el vicio inmoral que introdujeron en los sistemas judiciales, administrativos, de salud, educación y demás.

ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE

Con la firma de los Acuerdos de Paz con la guerrilla de las FARC, se abre

el portillo para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, como un previo y necesario estado de concierto de criterios y puntos de vista sobre las reformas necesarias para cambiar el rumbo de nuestra república, hacia metas de democracia real y desarrollo social y económico alternativos, con perspectivas hacia gobiernos análogos a los de las Socialdemocracias Europeas, que no de marchitos y quiméricos ‘comunismos o ‘pseudosocialismos corrompidos’. Colombia clama para que sus hijos, además de las armas, depongan sus mezquindades, egoísmos, los privilegios y posiciones ventajistas para ejercer

o detentar el poder político y económico en los gobiernos de la nación, en las regiones o departamentos, y en los municipios; para que exista una sincera voluntad de todos los partidos, grupos económicos y sociales, y ciudadanos del común por la transformación pacífica, mediante leyes incluyentes y de beneficio general.

Debemos creer que una nueva Colombia para todos es posible en lo inmediato. Lo contrario es ahondar en la

desesperanza, o en un encubierto propósito de dejar que las cosas corruptas, del pasado y de ahora, sigan iguales.

¿Y ENTONCES, PARA CUANDO LA OTRA COLOMBIA PARA TODOS?

Un dilecto amigo expresó que se firmaría el Acuerdo de paz: “...sin resolver la corrupción o el despilfarro… o

intervenir la desigualdad y la miseria…” No hay duda de eso. Es una verdad de a puño. Pero, vale la pena aclarar que, luego de la firma del acuerdo de paz, es esa la tarea de todos los colombianos, no solo del gobierno. Nadie puede negar, sin pecar en tozudo obnubilado por la pasión política, que hacia el futuro se nos abre un panorama

El presidente Juan Manuel Santos y el máximo líder de las Farc Rodrigo Londoño, sellan con un fuerte apretón de manos la firma del Nuevo Acuerdo de Paz para Colombia.

para introducir reformas a los sistemas corruptos y excluyentes, donde todos, inclusive los uribistas y ultraderechistas, izquierdistas y ultraizquierdistas, tienen la opción de intervenir, opinar, mediar, legislar, dirigir para que se hagan las reformas con favorabilidad para todos. En esa tarea de futuro, donde todos los demócratas debemos estar en la vanguardia. No habrá lugar para los francotiradores del proceso que viene, de la urgente reforma a los sistemas administrativos, salud, justicia, educación y demás país. Hasta el más humilde de los colombianos, deberá apoyar y poner luces en ese camino tortuoso y abrupto que nos espera.

¿RENEGOCIAR LOS ACUERDOS DE PAZ

CON URIBE Y SU CD? ¡IMPOSIBLE!

No hay ni puede haber renegociación de lo

acordado en La Habana, que así lo pide Uribe y sus seguidores. Ya se lo han dicho: no habrá debate con quien no quiso hacerlo en su opor-tunidad, con quien se mantuvo todo el tiempo de francotirador cobarde disparando desde afuera del frente de diálogo y negociación. Esa treta no se la come nadie. Imponer criterios fuera de las mesas de negociación, no es ni será posible de ahora en adelante. Se impone la concertación en todos los espacios formales e informales: en los hogares, barrios, parroquias, ciudades, universidades, concejos, asambleas, congresos, empresas, granjas, etc. Se acabaron los tiempos de los autoritarismos y los caudillismos de egoístas, corruptos, excluyentes y detentadores de poder sin apoyo popular.

ASIGNATURAS PENDIENTES

PARA UN ACUERDO DE PAZ

Aun los colombianos no hemos pensado,

¿qué se va a hacer con los verdaderos culpa-bles de la guerra: los jueces y magistrados co-rruptos, los gobernantes corruptos y los egoís-tas dueños de los bienes de producción? Si no cambian, no hay paz duradera o siquiera posible.

Nunca se abrió el proceso de la justicia-po-

lítica ni el de la notario-política, para que se hubieran destapado toda su inmundicia en contra de los colombianos. Jueces y magistrados ligados a los paramilitares y notarios igualmente. Esas asignaturas están pendientes antes de consolidar una paz verdadera.

QUE HACER CON EL SISTEMA

JUDICIAL CORRUPTO DE COLOMBIA

¿Qué más se puede esperar de esa banda de delincuentes con toga? Ellos son y serán el mayor obstáculo para la paz. En el marco del proceso de paz que adelanta el gobierno con las FARC, se debió necesariamente incluirse en los acuerdos logrados, una restructuración del sistema judicial Colombiano, a partir de la depuración de todos los bandidos jueces y magistrados que son una gran mayoría. Debemos tomar por ejemplo la restructuración que se dio en Italia que saco al sistema judicial de las manos de la mafia y de los ejecutivos corruptos del gobierno; al punto que hoy día es uno de los mejores sistemas judiciales del mundo. Ya lo decía el poeta Francisco de Quevedo, hace varios siglos en el siguiente soneto, titulado

A UN JUEZ ‘MERCADERÍA’: 

Acerca de los extremismos
políticos renacidos

Es una lástima que, para muchos colombianos y analistas

políticos, su voluntaria visión solo alcanza el horizonte de nuestro vecino próximo (Venezuela).

Como pierden vuelo sus disquisiciones cuando se trata de

plantear alternativas de desarrollo político verdaderamente viables y probadamente de beneficio general para la patria, como lo son las Social-Democracias Europeas, que se han afianzado, lentamente, pero con paso seguro, después de la II guerra mundial, alcanzando indudables niveles de felicidad y progreso entre sus pueblos. Es una miopía auto-declarada (¿o ceguera?) que realmente esconde una ideología exclusivista y de hegemonía de minorías sociales privile-giadas en lo económico y político, alineada en partidos tradicionales y sus derivados de la última década.

ORIGEN. Sin duda alguna, un factor determinante para que

estas minorías hubiesen desarrollado esa miopía política, lo cons-tituye el haber vivido (o sufrido) en los tiempos de la confrontación armada entre una guerrilla sin arraigo popular y un gobierno de corruptos apoyado por fuerzas paramilitares. Lamentable e infortu-nadamente, para estas minorías no existen las democracias, y mu-cho menos los demócratas; puesto que han derivado en extremis-tas o fundamentalistas que reducen y asumen por principio —al igual que los terroristas apartados del verdadero Islam— todo su análisis político y social en lapidarias, huecas y estúpidas consignas, como aquellas que rezan: “Quien no está con el gobierno es comu-nista o socialista o guerrillero o terrorista o narcoterrorista”; u otras de esta primitiva laya: “Si no piensa como yo, es mi enemigo” o aquellas esquizofrénicas y bárbaras que expresan: “quien no piensa como yo es mi enemigo, y al enemigo hay que matarlo para que no prospere” y “los escritores e intelectuales son guerrilleros encu-biertos”. ¡Cuánta barbaridad ideológica de estos insensatos! ¡Cuánta elementalidad filosófica y sociológica!

RESULTADOS. Miles de colombianos inocentes y demócratas,

por el solo hecho de disentir con el sistema de gobierno corrupto dentro de caminos pacíficos y de respeto a los derechos humanos, han sido víctimas mortales de esas demenciales ideologías.

EL RENACIMIENTO DEL EXTREMISMO. En el marco del desarro-

llo del proceso de paz en nuestro país, luego de los Acuerdos de paz entre la guerrilla y el gobierno, y después del plebiscito a que fue-ron convocados los colombianos, se ha recrudecido el accionar de esos fundamentalistas de derecha, y en consecuencia se empieza a evidenciar su movilización organizada con una campaña cerril en contra del proceso de paz, donde para ellos nada es bueno en los acuerdos firmados, y entre otras acciones sediciosas concertadas previamente entre ellos, aprovechan las redes sociales para hacer comentarios insultantes y amenazantes, y retos a duelo, dirigidos a los participantes con opiniones a favor del proceso y/o con opinio-nes políticas contrarias a sus ideologías extremistas.

Los amantes de la paz debemos estar alertas contra estos ca-

vernarios socialmente peligrosos, que han sido imbuidos de teorías de confrontación armada e ideológica con los manuales anticomu-nistas de las academias norteamericanas, con los idearios hegemó-nicos del falangismo y el fascismo, y complementados con el legado criminal del paramilitarismo de las AUC con quienes, por lo general, colaboraron y apoyaron fervientemente.   

LA SOCIALDEMOCRACIA. Los verdaderos demócratas, no pode-

mos claudicar a nuestras luchas por hacer de Colombia un país para todos, con un sistema socialdemócrata de desarrollo concertado y sostenible ambientalmente, y con oportunidades para todos, a la manera de los países europeos de Suecia, Dinamarca, noruega, Alemania, Francia, Italia, ¡Líbranos, señor, de los fundamentalistas de la derecha colombiana!

Las leyes con que juzgas, ¡oh Batino!, 

menos bien las estudias que las vendes; 

lo que te compran solamente entiendes; 

más que Jasón te agrada el Vellocino.

El humano derecho y el divino, 

cuando los interpretas, los ofendes, 

y al compás que la encoges o la extiendes, 

tu mano para el fallo se previno.

No sabes escuchar ruegos baratos, 

y sólo quien te da te quita dudas; 

no te gobiernan textos, sino tratos.

Pues que de intento y de interés no mudas, 

o lávate las manos con Pilatos, 

o, con la bolsa, ahórcate con Judas.

FRANCISCO DE QUEVEDO.

El emblemático Teatro Colón, escenario para la sobria ceremonia de la firma del nuevo, “y mejor”, Acuerdo de Paz.

Fotos del Sistema Informativo del Gobierno, SIG, por César Carrión y Juan Pablo Bello 

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