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Buscando mitigar la sed wayuu

Dolientes llegan

desde otros lares

Una torre de 10 metros de altura, fabricada a mano con materiales naturales localizables en

la zona donde se vaya a instalar, sigue irguiéndose como solución para la sed que agobia a los wayuu.

Se conoce como WarkaWater, es un invento del arquitecto y diseñador italiano Arturo Vittori

y ha brindado soluciones, a costos bajos, en zonas rurales de países subdesarrollados como Etiopía.

Allí está el invento. Y en internet se encuentra fluida información sobre sus bondades,

complementada con abundante ilustración: WarkaWater condensa niebla y rocío y los vuelve agua. Muchos deben ser los dirigentes guajiros que ya deben de saberlo.

La actriz, modelo, cantante y compositora bogotana Cony Camelo —‘doctora Tatiana’ en la

telenovela ‘La niña’— sigue mordiendo rabia, impotencia y frustración desde aquel 6 de julio de 2014 cuando ‘Especiales Pirry’, ella frente al televisor, dedicó una emisión al problema de desnutrición en La Guajira, reiteró la sed que agobia a los wayuu y precisó, no muy preciso, que 3.000 niños habían muerto por esta causa.

Así lo ha dicho ella en diálogo con la revista de farándula ‘15 minutos’ —editada por Telmex

Colombia S.A.—. Y fue tal el impacto emocional que le provocó lo presentado por Pirry, que Cony se dedicó a navegar, investigadora, por internet y se aterró. “No son 3.000 son 14.000 fallecidos en cinco años. Me da vergüenza vivir en un país en el que los pequeños mueren de hambre y no hacemos nada”, ha dicho. Y es que esa hambre tiene su origen en la carencia de agua: no se cultiva, no se crían animales domésticos y tampoco perviven los silvestres. No hay cacería.

Pero, además, el periodista Gonzalo Guillén había de presentar el documental-denuncia ‘El

río que se robaron’, en el cual sostiene que El Cerrejón propulsó el represamiento del río Ranchería para obtener los 34 mil litros de agua diarios que emplea para la extracción del carbón. Cony vio el documental y se angustió mucho más. Desde entonces —le cuenta ella a ’15 minutos’—, se impuso un ritual para no olvidar su anhelo de llevar el vital líquido a los sedientos de La Guajira: beberse un vaso de agua cada mañana, mientras piensa: “Los wayuu mueren de sed”. Así se ha llenado de mucha energía en busca de la solución.

La artista bogotana Cony Camelo y el arquitecto y diseñador italiano Arturo Vittori: ella anhela llevarle agua pura y permanente a los wayuu... Él es el inventor del módulo que puede permitirlo... Los dos ya estuvieron en La Guajira palpando el problema... De una u otra forma, los dos son dolientes llegados de otros lares.

Adaptación de Inocencio De la Cruz

Sobre artículos de ‘15 minutos’

archdaily y catálogodiseño-visibilidad creativa

Cony Camelo está empeñada en ayudar a solucionar la sed wayuu y ha invitado a sus colegas Majida Issa, Aída Morales, Julieth Retrepo, Natalia Reyes y Susana Torres a unirse a la causa.

Entre las cinco compusieron el tema ‘Tierra fértil’ y con ella esperan reunir los recursos necesarios.

Cony pronto alcanzará la meta inicial, pero aun así continúa preocupada. Y ella tiene la certeza de que la razón la acompaña. “La verdadera solución es trabajar en pro de la devolución del río. Es necesario entenderlo: ellos se mueren de sed porque El Cerrejon se quedó con el Ranchería”, asevera Cony.

Canción ‘Tierra fértil’,

pro financiación de

WarkaWater a wayuu

Majida

Julieth

Natalia

Susana

El inventor Arturo Vittori dice

que WarkaWater está diseñado para ofrecer agua limpia, para ser social, medioambiental y económicamente sostenible”.

La idea es utilizar materiales

locales y baratos —junco, por ejemplo—, y enseñar a los pueblos que lo necesiten a montar estas torres, de manera que puedan multiplicarlas según sus necesidades.

Catálogodiseño-visibilidad

creativa informa que la estructura vertical de WarkaWater —con un tejido perforado que cuelga en el interior para recoger el vapor del aire y volverlo agua pura por condensación— es una estructura de malla triangular que puede ser fabricada por los mismos wayuu. “Pesa solo 60 kilogramos, se

compone de cinco módulos que se instalan desde el fondo hasta la parte superior y puede ser levan-tada y montada por seis personas, sin la necesidad de andamios. La torre puede obtener hasta 100 litros de agua potable por día”.

Pendiente de la solución, Cony —le cuenta ella a ’15 minutos’— supo del Warka Water e hizo

contacto con el líder wayuu Armando Valbuena. Ella le habló del asunto y él le dijo que sabía del dispositivo, pero que no había logrado comunicarse con su creador Vittori.

Cony se propuso ubicarlo, al principio no fue fácil, pero al final lo consiguió gracias a un amigo

de ella radicado en Roma. Él lo buscó en las instalaciones de su empresa en Bomarzo —comuna de la provincia de Viterbo, en la región de Lacio, en Italia—. Hablaron largo, conversaciones que se llevaron a cabo durante meses, ella le explicaba la situación de La Guajira y de los wayuu y hasta le propuso que le cediera la patente, que “yo la construyo en Colombia”. Vittori le contestó que no. “Tengo que ir al lugar, conocer a la comunidad y verificar si realmente es necesario”, recuerda Cony que le dijo el diseñador italiano. Con tesón, la bogotana logró ser agendada por el italiano. Ella le consiguió los patrocinadores solicitados por él y le organizó una charla en la universidad Javeriana.

El 18 de febrero  pasado, Arturo

Vittori estaba en Bogotá, dictó la conferencia y al siguiente día partió en avión, al lado de Cony Camelo, para Riohacha.

De acuerdo con la platafor-

ma web archdaily, Vittori, con el propósito de hacer simple y replicable su invento, pasó dos años trabajando en el diseño de WarkaWater. Ha utilizado sistemas de modelación digital como los que se emplean en el diseño de aeronaves para asegurar su resistencia a los elementos naturales. Además, ha querido crear una estructura que encaje estéticamente en el entorno escogido para su instalación.

Su visión es distinta y más

espectacular frente a otros diseños con iguales propósitos, dice archdaily. Su diseño es más grande y con su idea de condensar el vapor de agua que se encuentra en suspensión en el aire, piensa en lugares donde la humedad del aire es notable, como las regiones montañosas o cercanas al mar, en cuya atmósfera circundante sea fácil encontrar agua limpia apta para el consumo humano.

Según el relato de Cony

Camelo a ‘15 minutos’, con Vittori en La Guajira se internaron por vía destapadas, durante un trayecto de 11 horas, hasta llegar al corregimiento de Nazareth. “La

Donde no hay agua, el agua se convierte en el centro de la vida cotidiana. El arquitecto italiano Arturo Vittori pudo comprobarlo durante un viaje a la región noreste de Etiopía, donde los habitantes de pequeños pueblos sufren la escasez de agua.

“Allí la gente vive en un entorno natural precioso, pero muy a menudo no tienen agua corriente, electricidad, un váter o una ducha”.

Eso les obliga, sobre todo a las mujeres, que a su vez cargan con los niños, a recorrer kilómetros para llegar a arroyos remotos, muchas veces contaminados, para llenar recipientes que pueden estar sucios y llevarlos de vuelta a casa. Esto ocupa la mayor parte de sus días, lo que les impide dedicarse a otras actividades que podrían reportarles un beneficio y a contribuir al desarrollo de estas poblaciones. Los niños, por su parte, están expuestos a enfermedades al consumir esa agua, y debido a estas largas caminatas muchos no van a la escuela, limitando su formación y perpetuando el círculo de la pobreza.

Liberar a estas personas de su peregrinación diaria en busca de algo tan vital como el agua es el objetivo de distintos proyectos puestos en marcha con distintos enfoques en todo el mundo. Entre ellos, el WarkaWater, incluso con modos para facilitar su mantenimiento y su limpieza por parte de sus beneficiarios.

Cuando el agua es centro de vida diaria

En zonas rurales de Etiopía se ha logrado. En La Guajira estará listo el primer WarkaWater en septiembre próximo.

Policía nos preparó helicópteros, pero Armando (Valbuena) recomendó viajar por carretera. ‘Es importante observar cómo en Riohacha hay presencia del Estado, pero empieza a desaparecer al internarte en la Alta Guajira’, me dijo”, le cuenta Cony a la publicación.

‘15 minutos’ cuenta, basada en el relato

de la actriz, que, a lo largo del recorrido, Vittori se sorprendió viendo cómo el ferrocarril transporta carbón y no personas… Y se conmovió con los niños atravesados en la calle, pidiendo dinero, comida o agua, con síntomas evidentes de desnutrición…

Ya en Nazareth, visitaron diferentes

rancherías y escuelas y, con barómetro en mano, Vittori midió la presión atmosférica durante cuatro días. Al final, su sentencia fue desoladora: el WarkaWater no funcionaría allí por lo excesivamente desértico de la zona.

La estructura de Warka Water se ha

inspirado —además de escarabajos y vasijas de las aborígenes africanas— en el árbol

Warka, una especie típica de Etiopía que sus poblaciones rurales cuidan y respetan, ya que sirve como punto de reunión pública.

Según los cálculos, cada estructura pudiera costar 550 dólares (unos 400 euros: algo menos

de 1.700.000 pesos colombianos, a cambio de hoy) y, reiterativo, se puede montar en tres días con el trabajo de seis personas y sin necesidad de andamios ni herramientas especializadas.

Lo desértico de la zona de Nazaret y la medición a la presión atmosférica durante cuatro días,

dio al traste con las ilusiones primeras de Cony. Pero después cambió el panorama: en el Parque Nacional ‘La macuira’ sí se puede, gracias a los niveles de humedad requeridos y allí acumulados.

El primer módulo, con capacidad para recolectar hasta 100 litros de agua al día, se imple-

mentará en ese lugar en septiembre. Pero no es suficiente para satisfacer los anhelos de Cony.

Por eso ella se ha propuesto recolectar fondos para construir WarkaWater y para pagarle una

investigación a Vittori tendiente a inventar un mecanismo acorde con su módulo y con las carac-terísticas climáticas de algunas zonas de la península guajira.

La estructura de WarkaWater es fabricada en dos partes. La exterior es un exoesqueleto semi-

rígido de bambú o cualquier otro material similar que se pueda encontrar por la zona donde se vaya a instalar. Por dentro, una tela plástica forma un enorme tubo. En el suelo, bajo el tubo, se sitúa una enorme vasija de barro.

Durante el día, las fibras de nilon y polipropileno del plástico sirven como superficie para la

condensación del vapor de agua que gravita en el aire, y las gotas van resbalando por la lona hasta caer en la vasija. En total, unos 100 litros al día, aunque la cantidad ha de depender de los niveles de humedad de cada lugar.

Con Cony a la cabeza, la situación de los wayuu sí tiene dolientes… No importa que no

sean guajiros… No importa que lleguen de otros lares.

Misión casi diaria de la mujer wayuu,

bajo la cruel cani-cula y lo agreste del desierto guajiro: buscar agua para necesidades básicas.

Cony Camelo: dad de beber al sediento...

Aída

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