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Carnaval para siempre

Quien lo vive es quien...

¡LO GOZA!

Por Cochongondo

Fotos: José Orellano

El niño Esteban Polo no podía mostrar más orgullo por su disfraz.

Icónico, emblemático de la tradicional fiesta de Barranquilla y su entorno territorial, era lucido por el pequeño para la tarde de Carnaval de su institución académica bilingüe, el último viernes de pre-carnaval, el 5 de febrero, en Soledad, donde el miércoles 20 de enero nosotros nos habíamos gozado el ‘ritual de la muerte’.

En un determinado momento de aquella vespertina feliz, el infante, que había estado exhibiendo un porte muy especial, asumió una pose no premeditada para que quedara explícito el gracejo del disfraz: quedó demostrado entonces que, muy gozona, la marimonda es marimonda desde niño.

La Batalla de Flores y sus alegorías —sábado de Carnaval en Barranquilla—: ‘Macondo ‘y ‘Realismo mágico’, y otras muestras carnestoléndicas, más allá de la programación oficial, antes y en pleno fragor de los cuatro días, eran nuestro objetivo. Y lo alcanzamos.

En Soledad, esta vez por medio del Future Children School, vivimos otra cara del Carnaval: la directora, los directivos, el personal administrativo y el docente, alumnos y padres de familia, totalmente comprometidos con la tradición. Y aportando ingenio y creatividad para animar la fiesta, de mero toque infantil, con asistencia de los mayores.

Esa tarde de viernes 5 asistimos a un desfile-caravana, más de 40 carros, de más de tres horas por calles y carreras del municipio de Soledad y ello nos permitió, tras diez años de ausencia, descubrir un terruño diferente al que nos parió. Playones, canchas de fútbol, patios, extensas zonas verdes, cedieron ante el implacable accionar de la ingeniería civi y el hormigón impuso su ley ante su grey: hoy muy poco queda de arborización en el perímetro urbano del pueblo. Ahora en Soledad, mientras transcurre el Carnaval, ya no podemos hablar, como lo hacíamos en otrora bajo sus refrescantes ramajes, del matarratón reverdecido y sus palomitas rosadas en flor. Pero este no es el tema que nos ocupa.

Es otro el tema, sí, porque allí en Soledad pudimos corroborar la máxima de las carnestolendas: ¡quien lo vive es quien lo goza!, con más razón si este año el lema era ‘somos todos, una sola gozadera’. Y si se resisten a creerlo, pregúntenselo al Curador 2 del municipio soledeño Javier Villar, quien estuvo de cumpleaños el sábado 6. Excusa perfecta para armar un parrandón de cuatro días en su casa de Villa Sofía, entre Barranquilla y Soledad, a fin de dedicarse a atender, con trago fino o cerveza, sin emborracharse él; y comida criolla preparada y asada por él mismo —cara de ponqué durante 96 horas casi seguidas—, a todo el que quisiera pasar por su residencia a felicitarlo o a compartir con él su modo de gozar el Carnaval, que algo similar hace en Noche de Velas, Navidad y Año Nuevo. No lo comnocíamos, pero hasta donde él nos llevó la espontaneidad del Carnaval, una fiesta sin compliques.

Esta experiencia en Soledad, nos permitió conocer a Zeydi, una barranquillera que vive en Alemania y cuyas hijas, Sara y Shallotte Wanzke, estudian en el instituto que dirige miss Aymée. Cada año Zeydi retorna a Barranquilla para participar del Carnaval y, en esta ocasión, poder ver a sus hijas, nacidas en el país teutón, viviendo la fiesta, siempre con rostro adusto, característica muy alemana. Que cara adusta también tenía Valentina Cervantes hasta cuando vio el lente de la cámara fotográfica y todo cambió: su sonrisa estalló en su rostro como un toque mágico. Y su madre, Erika Vélez, celebró entusiasta tan radical cambio de actitud infantil en milésimas de segundo.

Este periplo por la segunda ciudad del Atlántico —a la sazón, Area Metropolitana de Barranquilla— nos puso de frente con la seño Kathy Sandoval, vicerrectora del Future Children School y personaje central de nuestra edición correspondiente con la celebración del Día del Maestro del año pasado. “Aquella crónica me devolvió a la vida”, nos dijo. “Ese día pude comprender que existen razones de sobra para seguir echando para adelante: supe que mucha gente me quiere”.

En los previos habíamos saludado, en los interiores de la Alcaldía de Barranquilla, en el Paseo Bolívar, a un hacedor de Carnaval, auténticamente negro: Jairo Cáceres, director de la comparsa ‘Nacimiento de Palenque’ del barrio Cristo Rey. De él ha quedado eternizada por la magia de la fotografía su límpida sonrisa, tan blanca como su gorra contrastante con la casaca multicolor, los colores del Carnaval.

Zeydi, una barranquillera que vive en Alemania, se saluda efusiva con miss Aymée, rectora del Future Children School, donde las hijas de la visitante, Shallotte y Sara Wanzke, estudian y participan de las fiestas del Carnaval. 

Esteban Polo es marimonda desde niño, orgullosa marimonda, mientras que Valentina Cervantes no tiene reparo en cambiar, como por arte de magia, de la rabia a la alegría. La alegría ante una foto que la muestre haciendo Carnaval desde niña. 

Miss Kathy Sandoval, vicerrectora del Future Children School, y, denotando sorpresa, la secretaria administrativa Diana Barceló... De otro lado, el hacedor de Carnaval, orgulloso de su raza negra, Jairo Cáceres, en la Alcaldía de Barranquilla.

El Curador Javier Villar, rumbón de cuatro días, pero sin borrachera...

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