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Septiembre 26: Cartagena, Se firmó promesa de una nueva realidad 

Tiene una importancia histórica para Colombia y la región, dijo el presidente de Estados Unidos Barack Obama al recibir de manos de Juan Manuel Satos el texto de 297 páginas del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Obama dijo que aún hay desafíos para implementarlo y destacó el hecho de que el pueblo  haya sido convocado a refrendar lo pactado un logro que necesitó “mucho coraje y trabajo duro”.

Cartagena: firma de la paz con

plan permanente de seguridad

 

Con carácter de permanente rigen las medidas para refor-

zar la seguridad de Cartagena. Sobre el particular, el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas anunció que la Armada y la Policía Nacional realizarán constantes y coordinados patrullajes, al tiempo que 38 fiscales apoyarán las labores de seguridad ciudadana.

“Agradezco el trabajo en equipo de la Fiscalía General, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, lo

cual garantizará resultados”, ha dicho Villegas, quien en las últimas horas encabezó un consejo de seguridad al cual asistieron las autoridades del departamento y la capital de Bolívar.

Cuatro fuerzas de acción inmediata de la Policía Nacional fortalecen la seguridad de Cartagena, que

contará con 400 cámaras en los próximos meses. Un oficial con grado de coronel estará al mando del cuadrante móvil de la Polícia.

“La Policía Nacional tendrá mayor presencia en las calles de la ciudad y la Fuerza Pública seguirá com-

batiendo los fenómenos de criminalidad”, sostuvo el ministro Villegas.

El alcalde de la ciudad, Manolo Duque, agradeció las medidas adoptadas por el Gobierno y manifestó

que “¡Cartagena no está sola!”. E informó que su administración aportará 3.500 millones de pesos, repre-sentados en 78 motos, 3 Centros de Atención Inmediata móviles, una cuatrimoto, dos automóviles, 3 camio-nes y 100 alarmas comunitarias.

Con soporte informativo y grafíco en Sistema Informativo del Gobierno – SIG

El ministro de Defensa Luis Carlos Villegas en Consejo de Seguridad con autoridades de Bolívar y Cartagena.

¡YA!

La guerra termina

La paz germina

La paz germina

El libro que contiene el Acuerdo Final de Paz, de 297 páginas, cruzado por una cinta tricolor, con el escudo de Colombia y el título en letras color oro, estaba sobre una mesa en forma de paloma, cubierta con un mantel blanco. El primero en firmar fue el jefe de las Farc, Rodrigo Londoño. Luego lo hizo el presidente Juan Manuel Santos, quien, vestido de traje blanco informal, tomó el ‘balígrafo’ dorado, hecho con un casquillo de bala de fusil usado en el combate, observó la página por un instante y estampó la rúbrica. Levantó el ‘balígrafo’ y lo mostró al público. “Las balas escribieron nuestro pasado, la educación escribirá nuestro futuro”, tenía inscrito el ‘balígrafo’. Era el momento tan esperado. El momento que muchos temían no les alcanzara la vida para presenciarlo.

‘Balígrafo’ dispara paz

Cuando un par de Kafir de la Fuerzas Armadas hizo un despliegue sobre el Patio de Banderas del Centro de Convenciones, ‘Timochenko’ se asustó, el ruido era de sobra conocido por él, y no tuvo manera de disimularlo. “Venían a saludar la paz y no a lanzar bombas", diría una vez repuesto del susto y con sonrisa algo nerviosa. La paloma de la paz que luce en su pecho es la que cargaba el presidente Santos, que se la obsequió. Igual que el ‘balígrafo’ dorado. 

García Márquez en
el meollo de la firma
Aunque para Colombia si hay “una segunda oportunidad sobre la tierra”

Por Inocencio De la Cruz

Un lapsus o un ex profeso: “En nombre de

las Farc-EP, ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido ocasionar en esta guerra”, dijo el jefe de las Farc Rodrigo Londoño, alias ‘Timo-chenko’, cuando finalizaba su discurso. No pidió perdón, lo ofreció, como cuando se ofrece una disculpa —aunque muchos acostumbran a hacer lo contrario: las piden—.

Después, el hasta este día guerrillero, cre-

yente confeso, diría: “Qué Dios bendiga a Colom-bia. Se acabó la guerra. Estamos empezando a construir la paz” y seguidamente aludiría un pasa-je de ‘Cien años de soledad’ para acomodarlo al momento: “El amor de Mauricio Babilonia por la Meme, podrá ser ahora eterno y las mariposas que volaban libres tras él, simbolizando su infinito amor, podrán ahora multiplicarse por los siglos cubriendo la patria de esperanza. ¡Bienvenida

esta segunda oportunidad sobre la tierra!”.

A las 5:30 de la tarde de este lunes 26 de septiembre de 2016, el presidente de la República Juan

Manuel Santos y Timochenko firmaron, en la Plaza de Banderas del Centro de Convenciones Cartagena de Indias, el Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto Armado en presencia del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

En su discurso, Santos había de darle relevancia histórica a un verso de Rafael Núñez, parafraseándolo:

“La paz germina ¡YA!”, tras manifestar que nunca antes las estrofas de Himno Nacional de Núñez habían ad-quirido tanto sentido. “Hoy, al firmar el acuerdo de terminación del conflicto con las Farc, decimos, esperanza-dos, ‘ha sido un surco de dolores, de víctimas, de muertes’, pero hemos logrado levantarnos sobre él para decir: ‘¡el bien germina ya! ¡la paz germina ya!’”, dijo.

Santos había de coincidir con ‘Timochenko’ en evocaciones a figuras del laureado escritor colombiano

Gabriel García Márquez y dijo que el premio Nobel de Literatura era el gran ausente dentro de lo que estaba aconteciendo. “Fue artífice en la sombra de muchos intentos y procesos de paz”, dijo y lamentó que no alcan-zara a vivir este momento en su Cartagena, a la que quiso como el que más y donde reposan sus cenizas.

“Pero debe estar feliz, viendo volar sus mariposas amarillas en la Colombia que él soñó, nuestra Colom-

bia que alcanza —por fin—, como él dijo, ‘una segunda oportunidad sobre la tierra’”.

La frase de García Márquez fue usada de manera literal, no hay duda, por los dos, hasta este lunes 26,

enemigos, pero otro era el contexto para esas cinco palabras con que, con ganas de seguir leyendo, se llega al final de ‘Cien años de soledad’, que esta es su última oración gramatical cargada de realismo simbólico-metafórico: “… Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la  memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra”.

El mundo ante los pies

de una Colombia en paz

Dijeron que  desde el exterior, y ahí están, los presidentes de Argentina, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela... Se han sumado a ese , el rey Emérito de España Juan Carlos I y los expresidentes Felipe González (España), Ernesto Zedillo (México) y José Mujica (Uruguay), así como el exsecretario de la ONU Kofi Annan... Igual claman el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas Ban Ki Moon; el Presidente del Consejo de Seguridad de las naciones Unidas John Key, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro; y los presidentes del Banco Mundial, Jim Yong Kim; del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; y del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno; la Secretaria General Iberoame-ricana, Rebeca Grynspan; la Secretaria de la Cepal, Alicia Bárcenas,  y el Presidente de la CAF, Enrique García... Y para cubrir ese , estuvieron

 en Cartagena algo así como mil periodistas y técnicos de medios de comunicación tanto de Colombia como del exterior. Se concentraron en la capital de Bolívar para cubrir la ceremonia de firma protocolaria del Acuerdo Final...

‘Timochenko’ recurrió a ella con mayor acierto, pe-

ro tampoco con el sentido exacto con que la escribió García Márquez, porque no viene al caso. En verdad, Colombia enfrenta desde este momento otra oportuni-dad y digamos que sí: una segunda oportunidad.

“Lo que firmamos hoy, luego de años de negocia-

ciones serias, discretas, difíciles, es algo más que el acuerdo entre un gobierno y una guerrilla para terminar un conflicto armado. Lo que firmamos hoy es una decla-ración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que NO aceptamos la violen-cia como medio para defender las ideas; de que deci-mos, fuerte y claro: ¡No más guerra!”, dijo, en otro apar-te de su discurso, el Jefe del Estado.

En el suyo, el Jefe del próximo partido político Farc,

anotaría que “los soldados y policías de Colombia han de tener claro que dejaron de ser nuestros adversarios, que para nosotros está definido que el camino correcto es reconciliación de la familia colombiana. Esperamos de ellos, como lo aseguraron varios de sus más desta-cados mandos, que jugaron importante papel en la Me-sa de La Habana, una mirada distinta a la que siempre nos reservaron. Todos somos hijos del mismo pueblo colombiano, nos afectan por igual sus grandes problemas”.

Santos advirtió que prefiere “un acuerdo imperfecto

que salve vidas a una guerra perfecta que siga sem-brando muerte y dolor en nuestro país... en nuestras familias”.

En el suyo, ‘Timochenko’ se dirigiría a sus subalter-

nos y precisaría: “A nuestras guerrilleras y guerrilleros, a nuestros prisioneros y prisioneras de guerra, a sus fami-lias, a nuestros licenciados de filas y lisiados, queremos enviarles un mensaje de aliento, ustedes vivieron y lu-charon como héroes, abrieron con sus sueños la senda

de la paz para Colombia. Los tres monumentos que se construirán con sus armas, darán testimonio eterno de lo que representó la lucha de las y los combatientes de las Farc-EP, y del pueblo humilde y valiente de esta patria”.

Santos tuvo palabras de gratitud para los miembros de las Fuerzas Armadas y dijo: “Hoy quiero, en este

contexto de apertura a la paz, hacer un homenaje sincero, desde el fondo del corazón, a todos los héroes de las Fuerzas Armadas de nuestro país, que han combatido con honor para defender la tranquilidad y seguri-

“Vamos a hacia la política sin armas, preparémonos todos para desarmar las mentes y los corazones. Lo escrito en el papel va a cobrar vida en la realidad y para que esto sea posible, además de la verificación internacional, el pueblo colombiano debe convertirse en el principal garante de lo pactado, nosotros vamos a cumplir y esperamos que el gobierno cumpla”.

De ‘Timochenko’...

“Señor Rodrigo Londoño y miembros de las Farc: hoy, cuando emprenden su camino de regreso a la sociedad; cuando comienzan su tránsito a convertirse en un movimiento político, sin armas; siguiendo las reglas de justicia, verdad y reparación contenidas en el Acuerdo –como Jefe de Estado, de la patria que todos amamos– les doy la bienvenida a la democracia”, dijo el Presidente Juan Manuel Santos.

Subrayó que “cambiar las balas por los votos; las armas por las ideas, es la decisión más valiente y más inteligente que puede tomar cualquier grupo subversivo, y en buena hora ustedes entendieron el llamado de la historia”.

De Santos...

dad de los colombianos. ¡Gracias soldados y policías de Colombia, porque su sacrificio, su valor, nos condujeron a este gran día!”. Y también rindió homenaje “a los millones de víctimas inocentes; a los defensores de derechos humanos; a las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas; a tantas mujeres y madres que, en medio de las lágrimas, abonaron el camino hacia la paz”.

Sostuvo que “las nuevas generaciones de Colom-

bia destinarán sus energías a promover el desarrollo y la felicidad del país. Eso es lo que merecen, ¡y eso es lo que vamos a hacer posible a partir de hoy!

‘Timochenko’, cuyo partido político debe ser pre-

sentado oficialmente en mayo de 2017, a lo mejor el 27, aniversario de la fundación de las Farc, dijo que “Co-lombia espera ahora que —gracias a la necesaria dis-minución del porcentaje del gasto público destinado a la guerra que deberá traer el fin de la confrontación y el consecuente aumento de la inversión social— nunca ja-más, ni en La Guajira, ni en el Chocó, ni en ningún otro espacio del territorio nacional, tengan por qué seguir muriendo niños y niñas de hambre, desnutrición o en-fermedades curables”. Y puntualizó que “hemos coro-nado, por vía del diálogo, el fin del más largo conflicto del hemisferio occidental. Somos los colombianos y

colombianas, por tanto, un ejemplo para el mundo: que en adelante seamos dignos de llevar un honor semejante. Reconozcamos que cada una y uno de nosotros tenemos a quienes llorar. Perdimos a hijos e hijas, hermanos y hermanas, padres y madres, amigos y amigas. ¡Gloria a todos los caídos y víctimas de esta larga conflagración que hoy termina!”.

El presidente Juan Manuel Santos había de acercarse al cierre de sus palabras con un “la paz de Co-

lombia es la paz de la región y de todo el continente”. Y finalizaría diciendo que “al terminar este conflicto, termina el último y el más viejo conflicto armado del Hemisferio Occidental. ¡Por eso celebra la región y celebra el planeta! Porque hay una guerra menos en el mundo. ¡Y es la de Colombia! Colombianos: ¡cesó la horrible noche!”.

¡YA!... El bien germina… ¡La guerra termina!

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