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EDITORIAL

¿De Museo Romántico

a ‘Museo del olvido’?

Varias exreinas del Carnaval durante la inauguración de la exposición de sus vestidos lucidos en la Lectura del Bando de los último 25 años.

En medio del éxito de la iniciativa de convertir la sede de la secretaría distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo de Barranquilla en palacio real para acoger ‘El Bando Vive’, la exposición de vestidos de las reinas de los últimos 25 años, la sala del Carnaval en el Museo Romático se ha desactivado, aunque se sueñe que, por siempre, sea cofre para conservar en permanente exposición reliquias del Carnaval. ‘El Bando Vive’, sí, y la reina ‘Fefi’ con el secretario Distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo, Juan José Jaramillo, dieron apertura al certamen, al cual concurrió la realeza carnavalera…

Entendible y ‘compartible’ el entusiasmo que reina en la

secretaría distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo de Barranquilla porque, de un momento a otro —al compás del tuqui tuqui que cada vez nos acerca más al 25 de febrero, sábado de Carnaval—, está convertida en el escenario de ‘El Bando vive’, la exposición de vestidos de las reinas de los últimos 25 años…

Aplausos, atronadores aplausos para tal iniciativa, muy loable,

por cierto: ¡la administración distrital muy de lleno metida en las tradicionales fiestas, viviendo su importancia, aportándole a la conservación de nuestras costumbres… Y en efecto, la exposición llena de brillo y color las instalaciones de la dependencia oficial en correspondencia con la categoría de ‘boutique cultural carnavalera’ que le ha endilgado la reina Stephanie Mendoza Vargas durante la lectura de su bando en honor al edificio de la antigua Intendencia Fluvial…

Todo es alegría por estos lados, sí, pero por los del que hasta hace poco fuera el epicentro propicio para

recrear sentimentalismo en torno a tales añoranzas carnavaléricas, todo está cubierto de silencio sepulcral, ese relicario de la historia de Barranquilla se está quedando relegado al olvido…

La noticia sobre la exposición ‘El Bando vive’ en la antigua Intendencia Fluvial movió al compositor

Miguel Fernando Sánchez a pronunciarse en Facebook —y de paso nos etiquetó, gesto que, obviamente, le agradecemos—: “Adiós Museo Romántico”, escribió… “Érase una vez en Barranquilla”, agregó… “No creas que lo que hoy es... mañana también lo será”, puntualizó. Y encerrando con un círculo rojo la noticia aparecida en El Heraldo de papel, escaneó o fotografió, publicó y caviló: “La exposición de vestidos de las Reinas del Carnaval era uno de los grandes ‘atractivos’ para visitar el Museo Romántico de Alfredo de la Espriella. Según esta nota ya no lo será. R.I.P.”.

‘El Bando vive’, sí… Es uno de los diversos puntos de la programación de la presente edición del Car-

naval desde la secretaría distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo, merecido homenaje —con su toque de historia, no hay duda— a las soberanas de un cuarto de siglo, incluyendo a ‘Fefi’, la página viva más reciente de la historia de la fiesta, y eso está muy bien…

‘El Bando vive’, sí… Es una muestra de los vestidos que las últimas 25 soberanas del Carnaval lucieron

durante la Lectura de sus respectivos Bandos —atuendo que han guardado como preciado tesoro—, expo-sición abierta al público, todos los días, en jornada continua de 9:00 am a 5:00 pm hasta el 28 de febrero, martes de Carnaval, pero llama a la reflexión el hecho de que en una solitaria soledad hayan venido que-dándose, como penando en medio de alboroto generalizado del pueblo barranquillero, aquellos maniquíes que, en algunos momentos —en el casi medio siglo de aporte cultural desde esa institución—, parecían darle

vida a la Sala del Carnaval del Museo Romántico, la obra de ‘El cabo’, el cronista e histo-riador Caribe Alfredo de la Espriella…

Nos imaginamos que

debe estar completamente deteriorada por el abandono y el moho aquella completa muestra fotográfica de los vestidos de la época del Carnaval, para estos días complemento de los atractivos a que hacía referencia Miguel Fernando en su queja ‘feizbukiana’… En la ruina, como la misma casona que aposenta el Museo, la invaluable muestra y en iguales condiciones estarán los vestidos alegóricos a la fiesta y otros tesoros del

pretérito anterior que fundamentan la historia de Barranquilla…

Pues bien: mientras en una dependencia de la antigua Intendencia Fluvial, en la calle 30 número 46-10,

por todos estos días habrá maneras de recrear instantes para la moda, el diseño, la cultura y apartes de la historia del Carnaval,  todo, pero todo-todo, apunta a que el Museo Romántico, allá frente al parque de Los Fundadores, en la carrera 54 número 59-199, sea liquidado y la romántica casona —donada por las hermanas Freund Strunz para tal fin—, ha de pasar, con muebles y todos los objetos de las hermanas Carmen y Esther que todavía se conserven, a la Arquidiócesis de Barranquilla, como ellas lo dejaron estipulado.

Claro que Briggite Abuchaibe, Liliana Hoyos, Marcela García Caballero, Daniella Donado, Cristina Felfle,

Marcela Dávila, Daniela Cepeda, Ilse Cuello, Mireya Caballero, Margarita Gerlein, Liliana Gerlein y todas las 25 son historia viva del Carnaval de Barranquilla —sus vestidos hacen parte de esta exposición—, y merecen el homenaje que se les tributa, pero se nos antoja creer que, como exreinas del jolgorio, ellas pueden influir ante las instancias del caso para que no muera el Museo, para que se le suministren soplos de larga vida, y para que siga contando la historia de la ciudad, desde la misma casona en donde nació, creció y está a punto de fenecer…

Creemos que es posible que, de las ruinas, las telarañas, el descuido y en especial la desidia oficial —y

recreando la leyenda del ave fénix—, el Museo Romántico Alfredo De la Espriella puede rescatarse para que el mundo siga viniendo hasta allí a conocer sobre ‘La arenosa’, sobre ‘La puerta o el puerto de oro de Colom-bia’, sobre ‘Curramba la bella’, desde una mirada romántica y evocativa en torno al sentir, a la pujanza, a la espontaneidad y a la idiosincrasia de los barranquilleros, vertida en su Carnaval anual…

Muy triste, de verdad, que este emblema de la cultura, del civismo y de la arquitectura barranquillera

haya llegado a los extremos en que hoy se encuentra: literalmente se está viniendo al suelo. ¡No hay derecho!

La realidad en este caso no es mágica, es realmente real y deprimente: ¡en medio del bullicio antece-

dente a los cuatro días de Carnaval, por los lados del Parque de los Fundadores huele a velorio…! A velorio vergonzante...

Sobre información y fotos Oficina de Comunicaciones de la Alcaldía de Barranquilla.

Pasado y presente en torno a un mismo motivo carnavalero: los vestidos de exreinas.

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