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Palabras fueron... Palabras vinieron...

José Orellano cuando, para él, fumar era un placer… Fue un hedonismo poco saludable…

Crónica nocturna, pero bien

Caribe: ‘un periodista rotativo’

Nota: esta crónica fue escrita cuando la noche abrasa a fuego lento los recuerdos. Y de noche fue colgada en Facebook… Es pública, nada nos impide reproducirla…

Sobre la actualización #89

Rincón

Pintos

Molina

Una emotiva respuesta

Margarita Vargas

en alas de imaginación: saco dos copas: vino tinto a medio llenar y brindo:  ¡por y con ellas!: gracias, Nury…

Nury Ruiz Barcenas: Jose, emociónate que ese sentir es de almas nobles; y

no dejes de soñar que el ensueño es la píldora que anima a vivir y a no dejar de soñar. Me alegra que te gustara mi escrito para ti desde mi perfil. Y también brindo contigo.

Margarita Vargas: Así es querido Jose, las cosas hay que llamarlas por su

nombre y tu eres parte de esa especialidad que Dios ha permitido que compartamos contigo todos estos años. Bendiciones por ese talento tan innato y que lo sigas cultivando por toda tu existencia.

José Orellano: Gracias, Margarita… Bienvenida a mi círculo ‘recuperado’...

Abrazo. Gracias por tus palabras.

Margarita Vargas: Bendiciones, sinceras y gratificante para mí.

mis cabellos ahora plateados y que, en mi pleno otoño y para subrayar su indomabilidad —su altanería, diría— se sueltan como hojas de matarratón en época de Carnaval, ruedan por mi cuerpo ya sin lozanía juvenil y van cayendo sobre el piso de la ducha. Las palabras de Nury y de Margarita me han emocionado —¡tanto, pero tanto-tanto!—, sin embargo, tengo que salir de ese estado de enso-ñación y volver a la realidad: a sentir como comienza a correr la semana que ha de permitirme insistir, cada semana, desde El Muelle Caribe —tras 43 años metido, de uno u otro modo, en el oficio—, en seguir creyéndome el cuento de que soy periodista... Ahora vuelvo a volar 

José Orellano: ¡Uf! ¡Qué aurora la de esta

aurora! Y, entonces, a imaginar una copa a medio llenar de vino tinto —no me pregunten por marcas, es lo de menos—, un brindis por mí mismo, para paladearlo durante interminables horas, y volver a acariciar ese eterno sueño de sueño eterno que no pasa, una y mil veces recreado mientras sigo amasando la rebeldía de

especial que juntos hicieron valer ese diario.

Hoy, sigue evolucionando como rotativa o imprenta,

guillotina y todos los demás equipos adheridos a su vida. Pero lo cierto es que la tormenta de ideas la lleva por dentro y explotan cada semana a través de su periódico web El Muelle Caribe domiciliado en Bogotá; todo de locura, de correndillas, de emociones perennes, pero al final la satisfacción de un deber cumplido, igual que cuando El Heraldo cerraba con su última página a la 1:00 o 2:00 de la madrugada.

Gracias, periodista, quién creyera que después de

tantos años de ausencia entre tu vista y la mía fuésemos a encontrarnos cruzando puentes de imaginación, cerrando círculos de creatividad literaria y realizando entrevistas a lo moderno por el ‘chat’ y un correo, todo por haberte llamado la atención mis poemas, que como lo escribiste en la entrevista realizada, “causantes de hermosas sensaciones sobre la base de lo imaginado, lo imaginable y lo inimaginable”, cuando ya ni siquiera de mi rostro te acordabas. Fue una entrevista muy humana, sentida, espontánea y sin subterfugios.

Está visto que ambos seguiremos soñando con un

mundo mejor donde las letras sean cada vez más claras y queridas por sus lectores y las rotativas no paren de rotar sobre sus cilindros engrasados con tinta, enredados en papel periódico, pero siempre necesarios para los ojos del imaginario colectivo.
Nury

Por Nury Ruíz Bárcenas

Es cual una rotativa humana por lo que evoluciona su mente

sagaz cada minuto; guillotina, por lo que corta con sus críticas o conceptos; y computadora humana, de mente clara y rápida para escribir sus galeradas de textos periodísticos, pero siempre con sus cabellos alborotados como no queriendo dejar escapar sus ideas y mejor tenerlas allí enmarañadas en su cabeza al lado de su profesión periodística que no abandona por nada.

Lo conocí circunspecto, demasiado serio para aquella época de profesional joven pero que supo gran-

jearse el respeto de los subalternos desde su cargo de Jefe de Redacción el que ostentó por varios años en El Heraldo. En ese tiempo junto a otros colegas periodistas como Jorge Medina, José Granados, Jorge Mariano, José Cervantes Angulo, Rafael Sarmiento Coley, Ricardo Rocha, entre otros de aquella ‘cochada periodística’

Jose Joaquín Rincón Chaves: Un editorial que sabe a carnaval y sus letanías que incluyen la crítica recurrente de un polvo carnavalero, mal narrado. Se confunde con esa relación erótica de Drácula con una hermosa venezolana, entre la realidad y la fantasía de la pluma de Molina, la contundente opinión de Amylkar sobre el auge del turismo en Colombia, que lo convierte en uno de los generadores de divisas que se abre portentoso camino en el turismo internacional, y las promesas de un fiscal general para detener la inseguridad en Barranquilla, temas de hoy (actualización 89), bien llevados y mejor editados por el madrugador José Orellano, que afila más las lecciones aprendidas en el kínder de Olguita. Buenas lecturas y variedad de noticias que calan en sus seguidores. Adelante amigo...

Emiliano Pintos: Excelente las letanías. Un abrazo.

Fernando Molina Molina: Como el eco pero personalizado y consciente califico de genial la publicación actualizada de muelle caribe. Gracias por el complemento a la croniquilla sobre la veneca. Las imágenes ni se diga... feeeeeeeeeenomenal… Lo disfruté leyendo, escudriñando cada rincón de Muelle Caribe… Nojoda: ¿cuándo será ese encuentro de creadores de letanías aquí en Curramba, invitado de honor en la casa de Fernando?

Épocas de veleidades como constante… Amanecida en Cartagena… Situación aprovechada para una entrevista para la revista Miércoles! con el pintor Alejandro Obregón en la casa de este y par cervezas para un desenguayabe muy ‘artístico’.

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