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Crónica de ciudad inundada

'Perla de

América':

Una 'Venecia' de

aguas servidas

*Durante décadas, los aguaceros han inundado hasta el 60 por ciento de Santa Marta *Incapacidad sempiterna de sucesivas administraciones, que no han dado solución al problema de evacuación eficiente de las aguas pluviales *Cosntructores, con anuencia de Distrito, han cegado extensiones de humedales y cursos naturales de aguas

Por David Campo Pineda

En alianza con samariocomotu.com

Cada aguacero convierte a Santa Marta en una transitoria y peligrosa Venecia en la que sus habitantes quedan sometidos a diversas amenazas:

*Los que viven en las laderas de los cerros tutelares temen los deslizamientos provocados por el peso adicional del agua al humedecer la deforestada e inadecuadamente estabilizada tierra.*Los que han edificado sus viviendas donde terminan los costados de las colinas, reviven sus miedos más graves cuando llegan las lluvias, pues nada

La diversión de los niños evidencia la gravedad del problema de la acumulación de aguas lluvias y servidas en Santa Marta. (Foto Hoy Diario del Magdalena - Montiner Alvis)

de raro tendría que las casas de arriba caigan sobre las de abajo, es decir, las suyas. Algo similar a lo que expresa la canción de los Hermanos Zuleta, ‘Los maestros’, donde “las gallinas de arriba les echan flores a las de abajo...”

La gente que tiene sus viviendas en las calles ‘normales’ de la ciudad, quienes aparentemente están más tranquilos, están pendientes del cielo, pues del acento en el color de las nubes, depende la violencia del fenómeno atmosférico: si se percibe muy oscuro, comienzan a elevar sus enseres —al tiempo que también sus oraciones al Todopoderoso— porque los arroyos hacen que se desborden las ‘piscinas’ creadas en muchos puntos de Santa Marta por la pésima planificación de ciudad, aguas repletas de sedimentos que ocupan el lugar de muebles y electrodomésticos, dañando para siempre lo que encuentren mal ‘parqueado’.

Ya se graduaron de campeones contra el miedo los habitantes de Pescaito, barrio de los más antiguos de Santa Marta, donde cuando cae un chaparrón se crea un lago de aguas servidas que llevan en su seno toda la carga contaminante que han recogido durante su paso por los barrios del costado oriental de Santa Marta, tumultuosos torrentes que llenan las casas y que mantienen a la población más próxima a la pared sur del Terminal Marítimo —donde las aguas tienen su mayor periodo de residencia— con infecciones en la piel y diversos padecimientos derivados del contacto con el líquido vital totalmente impotable: agua servida.

Décadas han vivido esos ciudadanos padeciendo el grave problema y quejándose por él, sin que ningún alcalde se haya puesto los pantalones, como debe ser, para resolver esa grave situación. La repetición hace hábito y en Pescaíto como en las Malvinas, Chimila, María Eugenia, Luz del Mundo y Curinca, para mencionar solo cinco de los innumerables barrios que se ahogan en aguas lluvias y desbordadas, pareciera que ya ven la situación como algo ‘normal’.

El proyecto gestado y puesto en marcha para recoger las aguas que descienden desde Bastidas y que finalmente llegan a Pescaíto, el famoso colector de aguas residuales, sólo se construyó en un 24,33 por ciento, renunció el interventor, los contratistas no han asumido sus responsabilidades, la Alcaldía distrital no ha actuado para exigir el cumplimiento o para hacer valer la cláusula penal del contrato, misteriosamente se quemaron las tuberías con las que se iba a conducir el agua y todo ha quedado como si jamás se hubiese hablado del proyecto en el cual se han perdido los recursos en dos ocasiones: la primera, cuando el Gobierno Nacional a través del DNP aprobó dineros por más de 6 mil millones de pesos, El Pibe hizo de ‘gancho ciego’ para acallar una protesta pescaitera y el alcalde dejó perder la plata; la segunda, cuando se aprobó el proyecto, financiado con recursos del Distrito —es decir, de los aportantes: yo, tu, el, nosotros, vosotros y ellos— se hicieron desembolsos, se prorrogó dos veces el tiempo del contrato, pasó mas de un año y el famoso colector terminó siendo solo una quimera más para la maltratada Santa Marta, porque no alcanzaron a construir ni la cuarta parte.

El fotógrafo samario Edgar Fuentes, plasma gráficamente la triste realidad de su barrio.

Construcciones sobre humedales

El afán de levantar lujosos y caros conjuntos residenciales en sectores del distrito que otrora fueron humedales, cauces de quebradas —zonas de recarga del acuífero—, ha causado graves problemas a la ciudad de Santa Marta.

Lo primero es que las aguas subterráneas han perdido gran parte de los sitios de recarga natural, porque grandes extensiones de humedales fueron rellenadas con escombros y apisonadas para levantar edificios multifamiliares que posiblemente están en riesgo de fractura, por cuanto el subsuelo es terreno blando. Habría que ver las especificaciones técnicas de los rellenos y su compactación, la garantía de que no se van a hundir las edificaciones, las licencias de construcción otorgadas por el Distrito, para que quienes han invertido en tales propiedades estén tranquilos o comiencen a reclamar por el riesgo —¿calculado? — al que estarían sometidos.

Los cauces naturales de numerosas quebradas y corrientes de agua de Santa Marta fueron cortados para la construcción de vías que, al impedir el libre curso del agua, provocan inundaciones en los sectores aledaños. Tal es el caso de la quebrada Japón, cortada en la Troncal por la vía que une a la carretera Troncal del Caribe con Mamatoco.

El lote donde está planeado construir el Parque Temático del Agua, frente al Motel Troncal y cuyo límite opuesto es la pared del colegio Juan Maiguel de Osuna, es la nueva ‘piscina’ de Santa Marta ya que allí se detienen las aguas de la quebrada Japón. 

Estos problemas estructurales de Santa Marta muestran la pésima planificación urbanística y el desconocimiento —exprofeso, por simple y llana ignorancia o por pesos— de la simple lógica que debe presidir el desarrollo urbano.
La ciudadanía está en la obligación de no dejarse ahogar en el mar de promesas incumplidas, en el océano de contratos siniestrados o en la oleada de proyectos inconclusos o mal ejecutados, que muestran cómo la ciudad colapsa en todos los aspectos —incluidos el vial y la movilidad— mientras cae agua del cielo.

Por el momento asistimos a una ‘Perla de América’, Distrito Especial, Turístico, Cultural e Histórico, convertida en una ‘Venecia’ de aguas servidas.

Con apoyo informativo y gráfico de El Informador y Hoy Diario del Magdalena.

*Video inundación por aguacero en Santa Marta:

https://www.youtube.com/watch?v=Ym6r5czIZzU&feature=youtu.be

 

La quebrada Japón, por no tener salida para sus aguas, llena el sitio en que está planeado construir el Parque Temático del Agua, precisamente del agua. ¡Vaya ironía! (DCP)

El barrio Pescaito, lleno de aguas que han recorrido parte de la ciudad como

 consecuencia de la falta del colector. En alguna ocasión ‘El Pibe’ Valderrama hizo de ‘gancho ciego’ para acallar una protesta pescaitera contra la desatención oficial a esta añeja problemática.

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