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Diva y ejemplo de vida... Vida y ejemplo de Diva

Rastro al rostro...

Ya nada nos asusta,

ya somos libres...

Tengo en mi mesita la SoHo en la cual Amparo Grisales nos ofrece generosamente unas quince fotos de ella, desnuda, de una belleza asombrosa.

Y hojeando, incluso antes de leer lo que Antonio Caballero escribe, me decía: Dios, cómo son de bellas las mujeres de 50 años, mujeres ya encima del bien y del mal, pues ya han resuelto los grandes nudos de sus vidas; mujeres de sonrisas ligeramente enigmáticas, como la de Amparo, que parece decirles a los hombres: hermanos, ya nada nos asusta, ya somos libres, nos ha costado años de debates, de luchas, de llantos y de risas, pero logramos cambiar la histeria por la historia y el mundo ya nos cabe en las manos.

De FLORENCE THOMAS, Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad (El Tiempo, 18 de abril de 2007)

‘Artístico’:

Oda a bella

sesentera

...guantes, cordón del moño o ‘listón’ y los ‘despuntados adelante’ del calzado, de color rojo pasión... Rojo pasión para encender las redes sociales y generar esta Oda...

Por José Orellano

Varias acepciones le caen como anillo al dedo a la locución vida, ... vida deslizada en el cuerpo y el espíritu de esta Diva.

El 19 de septiembre próximo, ella que nació en 1956 —es un ser vivo, acepción uno—, llega a las ‘bodas de diamante nacimentales’ —no sé si eso está bien dicho, pero se me ocurre: existen las matrimoniales—: ¡cumple 60 años! ¡Y cómo resplandece!

Y es así como esa vida de Amparo Grisales Patiño —que esa es la gracia completa de la Diva manizalita— termina por encajar perfectamente en otras dos acepciones de vida: fuerza esencial, la una, y energía interior para afrontar los retos, la otra. Y van tres.

A la edad a la cual se aproxima, ¡la Diva es vida!

Vida aun fresca, como lo proyecta esa foto, de espaldas y colgada de un par de aros, ‘ataviada’ solo con un par de guantes, el cordón de un moño que le cuelga hasta un poquito más abajo de la separación de sus nalgas y tacones plateados... Todo: guantes, cordón del moño o ‘listón’ y los ‘despuntados adelante’ del calzado, de color rojo pasión.

Una Diva... ¡colombianísima!

La lozanía de su piel color canela —esos muslos sin el más mínimo asomo de estrías— pudiera ratificar, tres años después, lo que ella le dijo en Barranquilla a Enrique Patiño en 2013: “Aun hoy, por mi constancia, me veo mejor que muchas de 20 años”.

Sensacional desnudo de una colombiana, ad portas de ser sesentera, visto sin morbo por un ‘sesentano’, cinco años más avanzado que ella y quien había tenido la oportunidad de estar a su lado, muy cerquita de ella, en dos ocasiones: la primera en Bogotá, cuando existía la Asociación de Periodistas del Espectáculo, APE —en Barranquilla era APEB— y durante un almuerzo en alguna de las tantas ediciones del Festival de la Leyenda Vallenata a las cuales asistió el cronista como Enviado Especial: en Valledupar, como es de suponer, emperifollada ella para las circunstancias climáticas: tenis, shorts de yin y una camiseta por encima de su dorso y sus formas, sin sujetadores. ¡Y cómo la miramos y ad-miramos, y cómo la vimos y...!

Su último desnudo publicado, el de los últimos días, es un desnudo con tanta vida, que la Diva no ha tenido reparos ni se ha ido por las ramas para salir a defenderlo. A defender su decisión de lanzarse a “recuperar seguidores” mediante la publicación de la foto en su cuenta personal de Instagram, junto con otras de un pasado muy exitoso: “Mediocres y vulgares los que usan la palabra ‘empelotarse’. Son ‘desnudos’, ¡manada de ignorantes! ¡Qué falta de glamour para referirse a mis fotos!”, escribió en las redes.

Y es que varios son los desnudos con categoría de artísticos que, durante dos decenios, si no más, nos ha regalado la Diva —“Miguel Ángel no hacía ‘empelotes’, pintaba ‘desnudos’. Y Botero no empelota a sus gordas, ¡las desnuda! En las Obras de Arte hay ‘DESNUDOS’”, ha escrito Amparo—, quien, con esos simples hechos de estar viva, acepción cuatro, y de su manera de vivir, acepción cinco, se muestra, no hay duda, como un ejemplo contundente de vida sana, de conservación física y mental. Que muy alta y muy ancha es la loma de envidias que, desde su propio género —con deslices de algunos ‘hetero’ y de los otros géneros también—, ella ha despertado desde siempre, al tiempo que hacía crecer el listado de seguidores...

Las nuevas generaciones femeninas tienen mucho que emularle, tampoco hay duda, a esta estrella del mundo del espectáculo —su vida privada es exclusivamente de ella— que se merece, con todos los honores, su título de Diva: Amparito goza de fama extrema más allá de ese mundo del entretenimiento, pero no solo por su linda cara y su espectacular figura sino porque ha sabido actuar con brillo en telenovelas y en las tablas y en el cine. Y se le ha apuntado a algunas obras sociales.

...

Un viaje de estricto ‘carácter periodístico’ por la autopista cibernética en busca del rastro desnudo, y también vestido, de la Diva, ha de colmarnos de gratificantes emociones —¡bien muerto ha de estar el que no!—, sin miramientos a los inmediatos o los posteriores daños cardiovasculares:

Por medio de fotos con el sello identificativo de SoHo protegiendo sus derechos de autor, en http://culitoytetas.blogspot.com.co y en http://co.celebridades.qa1p.global.media.yahoo.com/ la ve uno como Dios, muy generoso con la belleza colombiana, la trajo al mundo en el barrio Los Agustinos de Manizales —aunque hay serias voces que se empecinan en asegurar que fue en el municipio caldense de Pensilvania y contrarían su registro en notaría en 1970, 14 años después de nacida—; en esos dos links la distingue uno, decíamos, tal como ella se asomó por primera vez a este mundo de vida y siempre, ya grande ella, claro, con un alto sentido de la estética... Como en esa galería de SoHo en un año de Dios en que ella aseguraba, pícara mentirilla, que tenía 50, pero lo cierto era que su registro civil guardaba la exactitud: que ya iba por los 52... Para entonces, Amparo pregonaba que los despojos totales de ropa para sesiones de fotografía no deben de hacerse solo por el prurito de “entrar en el juego” y defendía los suyos: “Soy actriz”, decía. Y sigue siendo cierto: la profesión

convoca a semidesnudos, desnudos totales y escenas eróticas.

Para aquella época, 2008, Amparo decía que el hecho de que la sociedad colombiana comenzara a darle aceptación a los desnudos —la revista SoHo, bajo la dirección de Daniel Samper Ospina, era motor de empuje y muchos la aplaudían, mientras otros la censuraban; muchos la seguían y la adquirían, unos abiertamente, otros para la movida soledad de la ‘solitariedad’, en especial el género masculino; veían, hojeo y ojeo, tanto en físico como en virtual: voyerismo de alto turmequé—; esa aceptación, decíamos, comenzaba a demostrar que ya había “mentes muy abiertas, sin tanta hipocresía, que ya no éramos melindrosos”, que son palabras de la Diva.

...

A cinco meses de los 60 ¡no más!, sigue proyectándose como de 20 la exitosa modelo y talentosa actriz de primera línea en series como ‘Los pecados de Inés de Hinojosa’ basada en la novela de Prospero Morales Pradilla —¡hace 28 años!, al lado de otra beldad colombiana: Margarita Rosa, con desnudos eróticos juntas las dos para las dos y que, bajo la dirección de gran Jorge Alí Triana, pusieron a persignarse y hasta a santiguarse a más de una pajuata y a más de un laico-beato de entonces y a otro tanto de la Curia— y, tierna aún, ‘El gallo de oro’... en telenovelas como ‘La mala hora’ de Gabriel García Márquez, ‘Tuyo

...

Sobre cierto mar de maledicencias, Amparo Grisales ha sabido navegar y salir airosa. Siempre le ha dicho al pan “pan” y al vino “vino”. Y en la semana que acaba de terminar ha vuelto a hacerlo: ha fustigado con sus palabras a quienes han osado, desde la vera de cierto periodismo, comentar con sorna, o descalificarlos, su desnudo en Instagram y sus fotos ‘didácticas’ del libro que volvió a colgar, texto publicado hace tres años con presentación de Samper Ospina. Ella ha recordado que “son fotos de mi libro ‘Mi cuerpo consciente’. Lo que sí están ‘empelotando’ algunos medios es la mediocridad y la falta de clase”.

En redes sociales ha relampagueado la envidia. “Que deje de dar lora, ya cumplió su ciclo. Una anciana de más de 65 años (aunque se cree de 20) —sic—, que se vaya a los lugares otoñales que la vida le puede brindar”, vitupera, con ramplona falta de caballerosidad,

sin gracia ni elegancia, ¡sin clase!, un tal Germán Alzate Montoya, dizque desde las Universidad Nacional de Colombia-Manizales (no sé por qué, pero me suena a retaliación mediante ‘seudónimo’ de algún malhadado Caribe).

En redes sociales ha llovido el apoyo para la Diva.

Y por alguna coincidencia de esas que uno no sabe explicarse por qué ocurren, el amigo especial de El Muelle Caribe en Barranquilla, al enterarse de que estamos escribiendo esta Oda a la belleza colombiana, le responde, sin querer queriendo, al tal ‘Germán’, diciendo: “UNA ANCIANA DIVINA!”, y para rematar su punto de vista, el amigo especial nos ordena: “¡TODO EN MAYÚSCULAS!”.

Luis Carlos Vásquez Torres, desde la Universidad del Cauca, dice, con gerundio bien construido, “sigue siendo espectacular”. Y Adriana González puntualiza, reiterando su género: “es mujer muy lindaaaa”. Y para cachetear al tal ‘Alzate Montoya’, desde Villavicencio Clara Patricia Castro ha dicho: “Pues puede tener 65 o 100 años, pero su disciplina y vida sana se le notan en el cuerpazo que tiene, eso sí, dejémonos de vaina”.

...

Pura vida, definitivamente.

Vida es lo que es la Diva, víctima en noviembre pasado de un ‘hackerman-thief’ que le hurtó su anterior cuenta en Instagram —con todos y sus 70 mil seguidores— y la dejó figuradamente desnuda, sin opciones para recuperar la cuenta ni para recuperar, en un dos por tres, a sus fieles simpatizantes. Después, Amparo había creado un nuevo perfil, pero sus incondicionales no volvieron a aparecer rápidamente, no llegaba el ciento por ciento.

Entonces, trascurridos los días, las semanas y los meses, ella se cansa de seguir esperando y, llena de vida, publica la foto: despojada de todo ropaje, protegidas sus manos con guantes, recogido el cabello con un largo cordón colgante y calzando tacones plateados, accesorios en los cuales prima el rojo pasión: ¡efecto esperado!: la lozanía de su piel color canela, esos muslos sin el más mínimo asomo de estrías, la pincelada fotográfica colgada de dos aros, la sólida flexibilidad de ese cuerpo de vida-cuerpo de mujer, comenzaba a lograrlo: a los pocos minutos, las redes sociales se estremecían, y los mensajes eran más de pro que de contras.

Ese cuerpo de diosa respondía a su obsesión de cuidar su cuerpo desde niña mediante prácticas, desde estudiante, del basquetbol y el voleibol, ejercicio que, en Manizales, la hizo atlética, no marimacho, y le forjó su perenne invencibilidad, tanto física como mental. Y sin ser mayor de edad aun, algo más había de aparecérsele a su vida para que fuese siempre bien vívida: el galán mexicano Jorge Rivero, el verdadero amor de su vida: ocho años viviendo con él, en medio de los cuales protagonizaron la película ‘Pasión por el peligro’, pero esto no es lo importante.

Lo importante es que Rivero —la Diva se lo dijo a Margarita Vidal en abril de 2009—, “me enseñó todo, me abrió los ojos al mundo, me demostró la importancia del ejercicio físico y de la disciplina, de quererme y tener confianza en mí misma...”. De la mano de él visitó por primera vez un gimnasio.

¿Lo malo? “Quería que no trabajara más”. Es que, a su edad de entonces, 25-26 años, no iba a permitir que los hombres le cortaran las alas y, “aun cuando es terrible perder un amor”, Amparo Grisales tenía esas alas muy grandes y quería volar muy lejos. ¡Y voló!

De Jorge Rivero aprendió qué comer y qué no; qué aguas beber. Y ella sería de las primeras mujeres colombianas en hacer ejercicios en medio de hombres. No iba sola, alguien la cuidaba: Rivero, “un príncipe”.

es mi corazón’ y ‘Maten al león’... en obras de teatro como ‘No seré feliz, pero tengo marido’... y en películas como ‘La virgen y el fotógrafo’... Hoy sigue siendo no una virgen pero sí una diosa.

Virgen hubo de haberse casado a los 17, en ceremonia civil en Venezuela, con el pintor argentino Germán Tessarollo, mucho mayor que ella, y a quien al poco tiempo había de

dejar porque una adolescente con tanta vida tenía metas muy distintas a las del hogar: sus sueños apuntaban hacia el cine y la televisión... En 1971, menor de edad aún, hizo su primer semi-desnudo para televisión, RTI, tras haber aceptado un reto al que ninguna actriz ya posicionada había querido jalarle: hacer de Eloisa en la serie ‘La María’ de Jorge Isaac, un rol muy atrevido para entonces, con escenas eróticas que pasarían a ser emblemáticas para ella —pionera en escenas calientes—, con desnudos bajo el agua y mucha provocación y sexo.

Vale precisar que la mayoría de edad a los 18 años en Colombia arrancó el 26 de octubre de 1977 mediante la Ley 27 del mismo año, cinco años después de que Colombia se espantara con la osadía de aquella muchachita llena de vida que, con clase, había de enfrentar inmensas formas de retos como actriz protagónica y que, nadie lo dude, ha hecho historia en el histrionismo colombiano, incluso más allá de series, telenovelas, tablas, cine y publicidad: en la mesa de jurado del reality ‘Yo me llamo de Caracol’ en sus dos temporadas. Y si no, que hablen Jairo Martínez y Luz Amparo Álvarez, sus compañeros.

A pesar de su separación de hecho de Tesarollo, hasta el otro día ella llevó consigo tal apellido. “Ella era muy dulce. Luego tuvo un carácter fuerte. En un par de años aprenderá a tener humildad”, había dicho Tesarollo en 1976, cuando ya la actriz hacia parte de la serie ‘La mala hora’ de Gabriel García Márquez, con quien después se codearía.

Atrás había quedo Tesarollo y después, con el estrellato, sus relaciones sentimentales han sido varias y con figuras del jet set masculino internacional, alimento para las publicaciones rosa y para el amarillismo de farándula.

En medio de toda esa vida bien vivida y bien vívida, la televisión nos la ha proyectado en diversas formas y gustos durante más de 40 años, desde 1973 hasta hoy: la incipiente pero arriesgada y desprejuiciada Eloisa de la serie ‘La María’; ‘La virgen y el fotógrafo’, al lado de Franky Linero; ‘La mala hora’, con Frank Ramírez; ‘Tuyo es mi corazón’, con Carlos Vives —a quien acaba de acompañar en el homenaje que rindió TV Novelas al samario por su

trayectoria artística—; ‘Los pecados de Inés de Hinojosa’, ‘Doña Flor y sus dos maridos’, uno de ellos el inmortal Carlos Muñoz; ‘La herencia maldita’, ‘En cuerpo ajeno’, con polémica por el “feo aliento” del antagónico Danilo Santos; ‘Bolívar soy yo’, al lado de Robinson Díaz, y ‘Las muñecas de la mafia’, con Fernando Solorzano. También nos la ha puesto de jurado en realitys de Caracol, pero el primero en el cual se involucró la Diva

como parte integral, a sus 47, fue en ‘El gran hermano’.

De esa forma, lo ha dicho la Diva infinidad de veces, tomó consciencia de su cuerpo, de lo que hace daño... De lo que sí “sí” y de lo que no “no”.

Y en menos de 72 horas lo había logrado: ya no eran los 35.000 que la seguían hasta el sábado 16, ¡la cifra se duplicaba! Y aquel lamento suyo en Twitter:

“¿Cuándo recuperaré a mis casi 70.000 seguidores que perdí en Instagram? Empezando de cero. ¡Vuelvan a mí!”, ya no será más...

...

Pero hay una verdad que el cronista no puede obviar por dos razones: porque la verdad siempre ha de ser dicha y porque

Flanqueada por Santos y Vives, la Diva sonríe espléndida, a cinco meses de cumplir 60 años.

De su cuenta de Instagram, de http://culitoytetas.blogspot.com.c-SoHo, y del archivo digital de El Tiempo, fotografías que muestran a la Diva en lo que Amparo es: Diva.

De Gabriel García Márquez, ‘La mala hora’ y, dirigida por Jorge Alí Triana, ‘Los pecados de Inés de Hinojosa’, con lesbianismo y erotismo explícito, pero magistralmente logrado al lado de Margarita Rosa de Francisco: la tórrida escena lo dice todo.

Homenaje de El Muelle Caribe a la Diva y a la verdad: casi en los 60, ella sigue luciendo muy consciente de su cuerpo. 

la verdad nos hace libres: que resplandezca la verdad, entonces, para afirmar que la Diva, ad portas de los 60, está físicamente proyectada tal cual como la proyecta la foto tomada de su Instagram en la que aparece con el Presidente Juan Manuel Santos y con Carlos Vives, en la fiesta de TV y Novelas, en la cual se le rindió homenaje al artista samario por su trayectoria... Y que la foto del desnudo de espaldas colgada de dos aros, con guantes y el cordón del moño o ‘listón’ y el calzado plateado con ‘despuntados adelante’ de color rojo pasión, pertenece, no hay duda, a las gráficas no publicadas de la sesión con SoHo, hace ya ocho años... Ocho años, lapso durante el cual mucha agua ha debido de correr bajo los puentes, muy a pesar de las sequías...

Fácil de detectarlo, la verdad, haciendo la confrontación respectiva.

Pero aun así, la Diva colombiana sigue luciendo tan hermosa como las mismísimas actrices Raquel Welch y Sofía Loren, para quienes, todo parece indicarlo así, el paso implacable del tiempo, de los años —esos que muchas y muchos se resisten a confesar— no las atropella...

El cordón rojo pasión con que se recoge el pelo la Diva, una interesante pista.

Tres fotos apenas insinuantes de la Diva en su Instagram, pero que lograron mover de nuevo  a sus seguidores. En la semana que ha terminado pudo haber llegando a 80.000: 45.000 más. 

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