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Editorial

La Paz es mejor que la guerra

En todas partes se cuecen habas

El vate chileno Emiliano Pinto tenía todo dispuesto para fungir de

excelente anfitrión, en septiembre próximo, en su pueblo natal, Cunco, durante un encuentro internacional de poetas y escritores.

Había comenzado a extender invitaciones personales, mientras se

elaboraban las tarjetas oficiales para enviarlas, en físico o en virtual, a personajes del fascinante mundo de las letras. Entre los invitados figuraba el director de El Muelle Caribe.

Sin embargo, como en todas partes se cuecen habas, el encuentro,

por el momento, ha ido a dar al traste.

Debimos responder que “burocracia, burocracia, siempre con sus gracias” cuando a nuestro

Facebook privado entró el siguiente mensaje de Emiliano, como había de entrar a los de una treintena de invitados: “Mi querido y respetado amigo poeta, lamento decirte que el evento que se iba a realizar en mi ciudad natal, mi querido Cunco, por el momento está suspendido hasta nuevo aviso, así me lo hicieron saber desde la municipalidad. De verdad lamento mucho que todo esto suceda, me siento avergonzado por esta lamentable falta de criterio y responsabilidad de parte de las autoridades. Espero y confió que pronto tengamos una nueva fecha”.

Cuando hicimos el contacto por Facebook, me dijo que una representante de él tenía “una reu-

nión con el jefe comunal, que allá en la municipalidad de Cunco se llama Alcalde”, y puntualizó: “Y más que burocracia es ¡burrocracia!”.

“Acá también se llaman alcaldes”, le escribimos. “Las alcaldadas no tienen gentilicio. Ídem en to-

da Latinoamérica y... ¡más allá! Solo queda esperar amigo”.

“Si, esperar. Son neófitos”, remató el poeta austral. “La verdad es que estoy con mucho enojo”.

Horas después, Emiliano Pintos subió a las redes su voz de protesta. La acogemos en nuestro

espacio editorial para esta actualización de El Muelle Caribe, por la realidad que fluye: ¡En todas partes se cuecen habas!

“Hace muchos años que escribo (pero comparto mis escritos en forma pública desde el 2011,

creo que toda mi vida. Me gusta hacerlo de forma simple, para que todos los que me lean se sientan identificados sin importar el nivel académico que estos tengan. Soy un convencido de que la poesía debe volver al pueblo, al obrero, a la gente común. No me gusta escribir para eruditos, me gusta ser y sentirme pueblo, persona común, con problemas comunes, sin grandes estridencias, pero con mucha fuerza en el quehacer diario.

Hace unos pocos meses me comprometí en un hermoso proyecto, algo que me llenaba de ilu-

siones: poder devolverle algo a mi terruño natal. Lamentablemente algo o alguien metió la cola y este proyecto se transformó en un verdadero dolor de cabeza. Algunos hombres (no tan hombres al no respetar su palabra) de la política, en un afán mezquino y desleal, prometieron cosas que no podían cumplir. Al pedir explicaciones se defendieron como ‘gatos de espalda’, culpando a quien no debían. Señores: la cualidad de ser hombres es afrontar las consecuencias de nuestros actos sin atacar al que está más indefenso para salvar el pellejo.

Los que me conocen saben que voy a muy pocos lugares (si tomamos en cuenta la cantidad de

invitaciones que me llegan a diario), ya que pienso y creo que los artistas debemos honrar nuestro arte asistiendo a lugares donde nos sintamos cómodos, donde la comunión de nuestro arte y quienes nos invitan sea casi plena, caso contrario es mejor quedarse a tomar mate a la sombra o el abrigo de un buen árbol.

También aprendí (entre otras muchas cosas), en estos muchos años fuera de mi patria, a no

temer a las bravuconadas del político de turno: son solo resuellos de la ignorancia justificada con los votos de los ingenuos. Nunca le pedí nada a mi patria y recibí muy poco o casi nada del Estado, por lo tanto es muy difícil que pierda nada o que puedan utilizar cierto poder para trabar alguna de mis actividades. Otra cosa que aprendí es a no preocuparme si algún o alguna funcionaria de dudosa capacidad me califica de medio pelo o roto (en Chile roto es algo ordinario, vulgar).

Esta nota es para quien le quepa el sayo.

Nota: El cierre de la voz de protesta del poeta Emiliano Pinto significa que “a quien le caiga el poncho, que se lo ponga”. Acá en Colombia es “a quien le caiga el guante, que se lo plante”.  

Pasan cosas... Los medios de

comunicación tanto virtuales como físicos, las registran. La web expone imágenes... Nos dedicamos, tijera en manos —scissors press— a escoger algunas para comentar al respecto.

No será en todas las actualizacio-nes, pero sí en algunas, mientras vamos escogiendo, tijereando y se-leccionando como en este caso: El Tiempo, Infobae.com, Semana y Sucesos y Opiniones ilustraron no-

tas informativas con estas cuatro fotos que mueven a notas subjeti-vas: en primer plano, a estas altu-ras, rechina la la mojigatería de un

funcionario de colegio San Carlos de Bogotá que no renovó el contrato para el próximo año a la profesora

Opinión, con tijera en mano

Kelley Nicole Knapp, porque en diciembre de 2013 modeló para la revista VICE Colombia, complemento gráfico para el tema titulado “Cuando el pájaro pica, la fruta está rica”. La teacher despedida ha dicho que esa publicación era conocida por las directivas del colegio y no le había causado problemas con la institución, que le había renovado su vincu-lación para el año lectivo 2014-2015 y nuevamente para el periodo 2015-2016. Un coordinador se la veló, pues consideró vulgar su foto con una blusa-malla crubriéndole el busto. ¿O quería algo más y Kelley Ni-cole no accedió? Muy diferente todo al entorno de la osadía de la joven gringa Chelsie Aryn que, con su desnudez sin coberturas, abre hasta las puertas no solo del carro sino del mismo desierto. Obviamente, imagenes más apatecibles que las dos de abajo, que muestran al Pocurador Alejandro Ordoñez en la pose que caracteriza su actuación no solo como Jefe del máximo organismo del Ministerio Público sino como próximo aspirante a la Presidencia de la República: El Emperador. Seguidamente, con esa otra característica suya: su risa de imponencia, Ordoñez es seguido por quien, a lo mejor, ha de comandar el séquito del ya promocionado candidato presidencial y quien hasta pudiera convertirse en ministro de la Seguridad De-mocrática —nada difícil ha de resultar en un Estado de Derecho que cobija articulitos para cambios de ley y Constitución, que uno más para crear ese ministerio nada quitaría, que nos imaginamos puede ser el pensamiento de dúo tan especial—: nadie mas ni nadie menos que el expresidente, jefe del Centro Demo-crático y acérrimo enemigo del presidente Santos y de su proyecto de paz, el senador Álvaro Uribe Vélez.

De El Monje
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