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Las bodas de
‘El viajero
del mar’

En los días de sol, desde la colina,
que como guía tutelar vigila el puerto,
oteaba cual joven alcatraz,
las olas que me indicaran tu presencia cercana,
y cuando el renqueante bus,
raudo emprendía la bajada del cerro,
el corazón empezaba a latir,
desbocado y contento pues pronto iba a contemplar,
tu rostro, tus ojos verdi-azules y tu menudo cuerpo,
que grácil, jugaría con el mar y la arena del puerto.

Meses atrás, en una fiesta que sería eterna,
te conocí, es decir, te vi a ti, pues tus pupilas,
ignoraron al menudo galán que algunos amigos, te habían impuesto,
anduve toda la noche, con una tristeza inmensa,
y por más esfuerzos que hice, la hermosa doncella,
ni una mirada compasiva me daba,
y ya perdido, enamorado sin saberlo,
salí a la puerta del jolgorio, a contar las estrellas,
que más brillantes que nunca, como Neruda canta, 
a lo lejos, titilaban en el cielo.

La lluvia, había dejado unas charcas claras en el suelo,

y al terminar la fiesta, a tu lado, ignorado, caminé en silencio,

un brazuelo de agua, detuvo tus pasos,

y cual galante caballero, dispuesto estuve a sacarme el abrigo,
para que no se humedecieran tus pies pequeños,
y allí cuando nuestras miradas se cruzaron sin remedio,
comprendí que el amor había llegado a este ser solitario,
entonces, preguntaste que como me llamaba,
mi nombre José Joaquín, retumbó por las calles cercanas,
y cuando preguntaste por mi apellido, 
sin saber cómo, respondí: te lo entrego en el altar,
y desde entonces, desde un once de diciembre,
así ha sido.

¡FELIZ ANIVERSARIO CORAZÓN DISTRAÍDO!

JOSE JOAQUIN RINCON CHAVES
Bogotá D. C., 11 de diciembre de 2016

Por José Joaquín Rincón Chaves

Sobran las palabras a que pudiera recurrir El Muelle Caribe... El poema lo dice todo...

De

Emiliano

Pintos

(Poeta

chileno)

Plegaria

El aniversario de un ‘corazón distraído’
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