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Exposición de un irisado Costeño en el Capitolio

Alto relieve de

un sabanero

a ‘El maestro’

Rafael Escalona

Entre muchas

mariposas y chorros de

colores Caribe

Técnica mixta para el cuadro de Escalona, de quien sobresale en alto relieve parte de su pantalón y una de sus botas tobilleras. Colores al por mayor con la suma de otro compendio Caribe: Rafael Orozco, una aborigen zenú y Gabriel García Márquez, eternizado por el artista plástico ‘Costeño’.

Texto y fotos: El Monje

Capitolio Nacional, patio interior, inmedia-

ciones del Salón Elíptico donde, se supone, campea la democracia.

Un estallido irisado sobre lienzos golpea,

con agradable sensación, mis ojos Caribe.

Un poco más allá, en el salón Luis Carlos Galán Sarmiento —que también enmarca el patio—, transcurre el acto de presentación oficial de la estampilla ‘Rafael Escalona’.

Acá, en el patio con techo transparente y

entre un puñado de personajes de la Patria por

Llamativa técnica pictórica que le resta importancia al ‘personaje’ y le da total relevancia al color. 

siempre y para siempre estáticos en sus efigies de menos de medio cuerpo, ‘El maestro’ Escalona, casi al meridiano, me mira con mirada apacible y yo lo miro también: él arrellanado en una silla-butaca, su tradicional sombrero, su ‘campera’ contra el frío de los páramos, sus brazos a medio extender descansando, uno, en una de sus piernas entrecruzadas y, el otro, en un brazo de la poltrona; un acordeón a sus pies calzados en botas tobilleras y todo él como que queriendo salirse con cierta sutileza del lienzo que, repleto de mariposas amarillas y full colores, colores Caribe, lo retiene. “A plena voluntad”, pienso yo.

Lo retrato dos, tres veces y dejo de mirar a Escalona por un instante para que mis ojos se

vayan a realizar un paneo casi circular y vuelvan a chocar contra el estallido irisado en uno, dos, tres, una decena de pinturas al óleo, con acrílico, con resina, en técnicas que incluyen hasta el ‘chorriao’ y que se encaballan allí a manera de exposición pictórica. “Debe ser un complemento del acto de presentación oficial de la estampilla Rafael Escalona”, me digo para mis adentros mientras me dirijo al salón Luis Carlos Galán Sarmiento, donde, poco después, había de a encontrarme con Ada Luz y, ¡vaya sorpresa!, con ‘La chata’ Riaño, siempre hermosa.  

Cuando ya cruzaba el umbral del portón de acceso al salón, me alcanzó un hombre y me hizo

entrega de una tarjeta de presentación. “Costeño… Magia, luz y color”, reza la tarjeta.

...

Lo busco al terminar lo esencial del acto de presentación

oficial de la estampilla ‘Rafael Escalona’ …

¿Quién es usted? —le digo.

“Yo soy Joaquín López de la Ossa”.

¿De donde viene?

“Yo vengo de un pueblito muy cerca de Sampués, Sucre,

llamado San Luis, Sucre”.

—Sabanero...

“Así es: sabanero, Costeño”

¿A qué se dedica?

“Soy un artista plástico, y mi arte como tal consiste en de-

mostrar y dar a conocer nuestro folclor”.

¿Y en qué fundamenta usted la proyección de ese folclor?

“En el colorido, en el vallenato. En todo lo referente a lo que

nosotros producimos, a toda esa producción que hacemos desde el corazón. Yo quiero darla a mostrar  en lo que es la plástica”.

Joaquín: estamos en el Capitolio Nacional, frente al Salón  Elíptco, en el cual sesiona la Cámara de Representantes. ¿Qué hace usted aquí?

“Ahorita me encuentro realizando una retrospectiva de mis obras, más o menos 10 años de

mi trabajo hasta la fecha. Aquí expongo lo que estoy trabajando, lo que he trabajado. Y que más que todo se ha enfocado mucho, como ya le decía anteriormente, en el color, en el diseño de todo nuestro potencial vallenato y folclórico”.

Coincide su presencia aquí con el homenaje que se le rinde a ‘El maestro’ Rafal Escalona

mediante la presentación oficial de una estampilla a su nombre. Y veo aquí, en su retrospectiva, cuadros pequeños con una imagen de Rafael Orozco y otra de Gabriel García Márquez y uno de gran tamaño de Escalona… ¿Por qué? 

“Ese cuadro de ‘El maestro’

Escalona lo realice unos años atrás, en el momento que el falleció. Quise hacerle un pequeño homenaje. Incluso, él se sale del cuadro porque es una técnica mixta, en alto relieve y aparece el acordeón. Agregué el acordeón, fundamento del folclor vallenato, pues es la representación propia de la cultura, del vallenato autóctono, clásico que personas como ‘El maestro’ Escalona hicieron resaltar, aunque no lo tocara. Hoy tuvimos la dicha de tener esta exposición aquí y traje esa obra”.

¿Quién lo motivó? ...

¿Quién lo invitó a que viniera

Joaquín López de la Ossa, artista plástico y el seudónimo Costeño’. 

al Capitolio, al homenaje a Rafael Escalona?

“Un amigo que trabaja en el ministerio de Haciendo me lo insinuó, me dijo como tenía que

hacer el proceso para poder hacer una pequeña exposición acá, y me contactó con el secretario general del Congreso. Este a su vez me dio las posibilidades y me ayudo mucho y hoy en día nos encontramos acá”.

Aquí hay una exposición multicolor, con animales, mucho rostro, muchas frutas, unas apeti-

tosas fresas, y hay muchos personajes: Escalona, Rafael Orozco, García Márquez; las palenqueras con sus poncheras llenas de patilla y otras frutas… ¡Magnifico! …Pero ¿Cómo le está yendo en plan de las relaciones públicas, aprovechando la magnitud del certamen que se cumple en el salón Luis Carlos Galán Sarmiento y la presencia de mucha gente importante aquí?

“Yo diría que espectacular. Me

ha ido muy bien. Me he dado a conocer, que era algo que yo quería y anhelaba hace rato, hace tiempo. Ya el hecho de pisar el Congreso es para mí un paso muy grande. Llegamos ayer —nuestro paseo por el Capitolio Nacional se cumplió el jueves 26— con las obras en las horas de la tarde. Incluso, afuera del Congreso, la aceptación fue bastante grande, de parte de la gente que pasaba, de la gente que llegaba. Y cuando entramos al Congreso pues, la gente nos recibió muy bien y tenemos varias obras que ahorita están preguntando precios y eso me tienen muy emocionado”.

Las palenqueras y sus poncheras repletas de frutas, de paseo por el Capitolio Nacional. 

¿Cuánto va a durar la exposición? ¿O es solo por el día de hoy?

“Noooo. La exposición comenzó ayer, día 25, y va a durar treinta días, un hasta el otro 25. Un

mes completo  va a estar en el patio del Capitolio”.

¿Dónde aprendió usted, Joaquín, las técnicas de la pictórica?

"Eso nació conmigo, es un don divino que a poca gente Dios le da ese don. Yo tuve ese gran

favor de parte de Dios y, bueno, ha habido personajes que me han orientado como Ramiro Blanco, un maestro muy reconocido que es del Carmen de Bolívar. Cuando estuve en el Instituto Técnico Industrial de Sincelejo, él me guió en ese proceso. Después me fui para Venezuela, duré un tiempo allá y allá conocí a otro gran maestro: Julio Díaz, quien también me ayudó en mi proceso de crecimiento. Regresé a Colombia y acá interactué con Didier Peña, un maestro del color, muy parecido el color que él refleja con lo que hacía Obregón en sus mejores épocas. Incluso, lo comparan con él y dicen que lo supera. Entonces, con todos esos brochazos de color sobre mí,  yo como que he perfeccionado un poco mi estilo, aunque esto sigue avanzando”.

Cualquiera diría que ahí hay —y le señalo a ‘Costeño’ un cuadro muy llamativo— un re-

guero de amarillo, como un ‘chorriao’… Pero sobre todo, hay un perrito muy lindo… ¿Cómo se logra eso? ¿Qué técnica es esa? ¿Qué aplicó usted ahí?

“Eso es un abstracto figurativo. Lo llamamos así, porque aparece un elemento, una cosa, un

personaje, ¿sí? Y comenzamos a trabajarlo por medio de acrílicos… Sí, eso tiene resina, tiene óleo, un óleo muy espeso, para darle realce, no tanto al personaje, en este caso un perro, al que se trata de tapar un poco… Esa es la idea, esconder el personaje… Lo importante ahí es el color, el colorido, el colorinche, que siempre va a estar en mis obras. Eso va ha ser fundamental junto con el diseño”.

Por eso: ‘regao’…

“No… Eso se aplica con espátula y hay cierta parte de acrílico que se tira, arroja, se lanza

para  que comience a chorrear”.

Entonces, como yo digo: ‘regao’...

“Exactamente”.

También vemos aquí un conjunto masivo: Uno, dos, tres, diez, quince, veinte, cincuenta…

Total: algo más de cien personas, cien elementos humanos hay ahí, en ese lienzo… ¿Qué quiere simbolizar eso?

“Esa es la historia de ‘El cacique de La Junta’, el personaje como tal aparece en el frente, ofre-

ciéndose como siempre él lo hacía. A su lado derecho aparece toda su historia de su nacimiento y fue creciendo, evolucionando. En esta fotografía que aparece más que todo en el centro del cuadro, se le ve en la época en que comienza el a escalar en el vallenato, a los 22 años. Ya después viene una etapa madura y, por último, su decadencia  al final de la obra”.

Pero más allá del cuadro como tal, ¿qué es lo simbólico?

“Lo más simbólico que yo quiero expresar aquí es su legado musical, junto al carisma, el

amor que tuvo por sus familiares. Aparecen todos sonrientes a su lado derecho, aparecen obviamente cosas que no eran muy del agrado de otras personas, pero es algo que tenía que aparecer en el cuadro, porque sería una obra inconclusa si yo no hubiera mostrado todo eso. Mostré incluso la muerte de Juancho Roy, que en su momento fue muy triste y conmovedor para el folclor vallenato. Pero aquí aparece todo su legado musical, como ya lo dije anteriormente, y aparecen gran parte de sus acordeoneros, lo más representativo en su obra musical”.

Y bueno… La última pregunta: ¿Cuál es el más elevado de sus sueños y cuántas posibili-

dades hay de cristalizarlo?

“¿El más elevado de mis sueños? Ser un artista consagrado. Yo creo que es lo que todos los

artistas esperamos: vivir de la pintura y llegar a la cúspide, incluso llevar nuestro folclor, nuestro colorinche y con nuestras costumbre sy cultura a través de la plástica a otros países como Europa. Mis sueños son muy amplios, muy grandes. Yo no me quedo acá. Quiero consolidar mi estilo propio que viene siendo esto que estoy reflejando con el cuadro de Diomedes. Esto apenas es el inicio”.

Y chao, compadre... Le deseo éxito total para su exposición. Sí, que se muevan las rela-

ciones públicas y que muchos adquieran sus obras...

"Chao, mi hermano. Gracias por la improvisada entrevista... ¿Cuándo sale?" 

La historia de ‘El cacique de La Junta’, Diomedes Díaz, simbolizada en este cuadro de ‘mil y una tonalidades’, del artista plástico sabanero Joaquín López De la Ossa: derroche de color y mensaje.

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