El Muelle
CARIBE
Homenaje perenne al Muelle de Puerto Colombia
Crónicas y Opinión
José Orellano, director
¡Hágase la televisión! (III)
Las historias de
Arturo López Viñas
La radio ocupó primordial puesto de importancia en el ambiente promocional de la parla modulada de interés comunitario.
Siguiendo la fundación de la radio comercial, las ondas hertzianas, personajes de la banda de radio-aficionados incrementaron y agilizaron sus conocimientos en la práctica radial.
Los hermanos Blanco Solís y su emisora Atlántico, fueron los primeros en traspasar las fronteras patrias a través de su emisión de frecuencia modulada, única en su época.
Otro ingenioso estudiante de la electrónica quien, además de Pellet Buitrago, revolucionó el medio emergente de la radio fue Clemente Vasallo Gómez; imbuido en la práctica de la radio logró amasar los mejores conocimientos en la electrónica del sonido y dirigido por su padre, experimentado comerciante y culto en las bellas artes don Clemente.
Clemente Vasallo Manfroni, patricio italiano y gestor fervoroso de las inquietudes de una camada de inteligentes vástagos, sus hijos los Vasallo Gómez: Clemente Jr., Eduardo, Jorge y Pedro, quienes rindieron todas sus energías, creando y diseminando la bandera de ‘La Voz de la Patria’, emisora AM con frecuencia y tonalidad perfecta, la Universidad de la Radio.
Mis inquietudes creativas y las prácticas de formación en la logística de eventos las aprendí en el corrillo de la fraternidad que infundía ‘el capo da capo’ don Clemente, el genovés que se enamoró de una bella dama cienaguera-monteriana de alta estirpe que le enseñó a querer su nuevo hábitat, su nueva patria y con orgullo tejieron las ondas culturales de ‘La Voz de la Patria’, obra genial de la hermandad, con la bendición paternal de Herlinda Gómez y Clemente Vasallo Manfroni.
¿Y cómo se hizo? Se originó la inquietud de la programación televisiva en el ambiente dominado por la difusión en las ondas hertzianas puestas en práctica en la otrora cuna de la aviación Scadta (Sociedad-colombo alemana de transporte aéreo) y de la Radio.
Pioneros, amantes de la camarografía como Jaime Muvdi y Luis Ernesto Arocha brindaron sus conocimientos fílmicos produciendo creaciones con segmentos noticiosos y cubrimientos folclóricos entrelazados con las actividades sociales de la comunidad registradas en los rieles videntes que mostraban en los distintos centros dedicados al teatro fílmico y fueron ellos, todos extintos, los teatros Colombia, Colón, Metro y Rex, y los descubiertos, teatros al aire libre, Paraíso, Bamba, Astor, Simón Bolívar, Rialto, Doña Maruja, Alameda, Buenos Aires, Delicias, San Jorge y otros que se escapan de mi memoria, sí, todos los antes mencionados, fueron artífices estimulantes de locos amantes de las producciones filmográficas de Muvdi y Arocha.
En fin, con la radio y la telegrafía —medios importantes en la formación de la televisión en la Costa Atlántica, para los años del 1970—, un arquitecto y loco amante de la cultura filmográfica, con sus aparatajes, desarrolló una aventura quijotesca: poner en práctica y auscultar el ambiente de la industria naciente de Televisión, todavía desconocida en la Tierra de rio y mar, llena de tradiciones, con ostentosos méritos de talento y creatividad la tierra que implementó y promovió no solo la radio sino también el fervoroso juego importado del ‘football, deporte que se afincoó en cada una de las fibras de la gente costeña, hoy apetecido y practicado en cada región de la ‘locombia’ y cuyo representante caribe es defendido por las franjas rojo y blanco del querido equipo futbolero ‘Junior... Tu papá’.
Arístides Charris fue, y es, ese loco arquitecto que expandió sus estudios en la belleza plástica de líneas y colores y se encaminó a conocer la intrincada combinación del talento arquitectónico y las matemáticas, ciñéndose a las leyes físicas del sonido, adentrándose en la camarografía como proyección de sus ideas creativas que depositó en su quijotesca aventura de productor en el nuevo género televisivo. ¡Y hágase televisión!
Me encontraba yo en la producción del Festival de Orquestas-74 en el primer recinto de eventos Coliseo Cubierto Humberto Perea (hoy en total deterioro) y fui abordado por la figura de un alegre contertulio quien me convenció a que le permitiera una entrevista, para que hablara detalladamente de los objetivos del evento y mi posición como creador y productor.
Salimos del Coliseo y dicha entrevista, me acuerdo, se hizo en el entorno del monumento a la bandera en los predios del Teatro Amira de la Rosa; amena y divertida con la música carnavalera que se filtraba en el aire proveniente del vecino espectáculo festiorquestas.
El calvo locuaz arquitecto Charris me ofreció su amistad y me invitó para que colaborara en su quijotesca empresa con distinguidos personajes de las letras del medio periodístico pero, sin experiencias en la producción y programación televisiva. De todas maneras, nuestra afinidad por las artes creativas, fundamentó la labor de equipo que Arístides había conformado para exponer y diseminar el talento de cada uno de los escogidos que bajo el logo de ‘Caribe TV’ fueron pioneros en las travesuras principiantes de la primera empresa productora de televisión en los anales de la historia inventiva que, como la radio y la aviación, contribuyeron al buen nombre de Barranquilla, procera e inmortal, la que sabe trabajar y con yunque martillar.
De herztianas
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¡Y NACE CARIBE TV!
Compuesta por una fraternidad de amantes de las letras, imbuidos en las bellas artes todos, arrancó ‘Caribe TV’ con el mejor interés de brindarle a los espectadores nueva audiencia en esta fase futurista de la electrónica parlante para divertir e informar los acontecimientos en la diaria rutina de la ciudad con sus trazos de progreso.
Arístides Charris conformo su staff de escritores de parlamento e innovadores libretistas de la gama de producción con elementos distinguidos, activos del medio periodístico tales como: Lola Salcedo, Sigfredo Eusse y Orlando Linero y sus promociones que llevaron su interés en la agenda de ‘Mis juventud’, impulsando el talento y la belleza de la generación creciente.
Con los experimentados periodistas, los antes mencionados, un puñado de aprendices, carga ladrillos, pone cables y ávidos ayudantes, se unieron al experimento: jóvenes ellos, con el mejor interés de aprender y progresar.
Mis mejores recuerdos con picantes anécdotas de la labor de aquellos ayudantes, pelaos todos… digo jóvenes, pero sí pelaos con bolsillos despiporrados, ávidos por acción y producción. Este grupo mozuelo lo conformaban Jorge Vargas, hoy distinguido empresario en la camarografia televisiva y la reseña periodística social; Cesar Borrero (el loquito) lleno de picardías y travesuras de muchacho pero servicial y mamador de gallo, jodedor en jacaranda y alegría; el otro carga ladrillos aprendiz en producción, quien hoy en día es respetado historiador y eximio hombre de letras en el medio periodístico, ese personajes es Luis Roncallo Fandiño y, debo destacar quien hoy en día es el mejor productor y camarógrafo en excelencia, salido de las enseñanzas de su hermano Arístides con la disciplina que implantó este quijote y que Julio Charris supo diluir en sus tratamientos creativos; Julio, el hermano, poseedor de un ojo con lente mágico, es reconocido por sus producciones en el esplendor de la escenografía que embellece nuestro territorio nacional.
Y su cuerpo técnico, letrados y principiantes, escogían y recogían el material de importancia, con los acontecimientos de más relevancia en el ambiente noticioso de la ciudad, la Barranquilla con sus pujantes manifestaciones de progreso… y de yunque martillar.
Los elementos fílmicos ya plasmados eran editados y trasformados, listos para adherir el sistema de audio, en cuya labor diligente colaboraron: Eduardo (chichi) Vasallo en la parte técnica, consagrada en los estudios de grabación de ‘La Voz de la Patria’ con la voz narrativa de un incomparable personaje, dueño de la más amplia sintonía con su radio periódico ‘Informando’, también difundido para el mundo por Marcos Pérez Caicedo, quien además patrocinaba la edición y producción de ‘Caribe TV’.
Terminado el proceso de producción y edición, ya todo listo, el director regente Arístides Charris se trasladaba con su encomienda fílmica a cumplir con la tecnología de post-producción, arduo trabajo que imponía Inravisión, directriz de las actividades televisivas que supervisaban la programación diseminada a la audiencia colombiana.
Ñerda… ¿y ahora que…? A vender el programa y, en Curramba, el mercadeo, sobre todo de un producto con talento local es casi imposible pero, con mi experiencia promocional y de relacionista, anduvimos la seca y la meca, ‘andi pa’rriba y anda pa’bajo’ y al fin conseguimos un patrocinador: el Quique Palacio con su ‘Palacio de Quique’, tremendo centro nocturno con un servicio de comidas de alto gourmet e insuperable atención a cargo del maître Caballero.
El programa de ‘Caribe TV’ era difundido por Inravisión los sábados de 2:00 pm a 3:00 pm y Quique Palacios, se engrandecía con síntomas de hazañoso y complejo de ilustre patrocinador.
El equipo de producción en pleno asistía a presenciar el trabajo de una semana de labores periodísticas, grabadas y filmadas para la audiencia en general, pero el Quique Palacios se vanagloriaba de ser el único dueño de la franja de auspicio, donde intercambiábamos canje de publicidad por alegre consumo de servicios de bebidas y comidas.
Así que a la hora de ver nuestro programa (2:00 pm-3:00 pm) cada sábado, se congregaban no solo la clientela habitual sino curiosos, amantes de la jerga y de las aventuras televisivas que se aprovechaban del entusiasmo bondadoso del dueño y su Palacio, que extendía pródigamente su abierta atención a todos aquellos que lo reconocieran como el ‘chacho’ en la emergente industria de la Televisión.
Próxima y última entrega: ¡Bienvenidas las micro-ondas!
Clemente Vasallo, Luis Ernesto Arocha y Julio Charris: radio y televisión caribe.