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A la filatelia le ponen aires vallenatos (I)

19.110 embajadoras

de buena voluntad en

pico de golondrinas 

Porque, dicen que

cuando Cristo agonizaba
llegó del occidente
enjambre de errantes

golondrinas a limpiarle la cara
y a arrancarle con sus picos las espinas clavadas en la frente

La ficción para recrear realidades...

Por Francisco Niebles

Imaginando de pronto que han de ser transpor-

tadas por enjambres de errantes golondrinas que dejaron de llevar en el pico una espina y la cambiaron por estampillas, 19.110 ‘embajadoras de buena voluntad’ han comenzado a surcar los cielos de 191 países, entre ellos Colombia, como es de suponer, con sus 32 departamentos, sus 1096 municipios, sus cinco distritos y sus 20 corregimientos departamentales.

Recreando imaginación en torno a un par de

versos del tema ‘El arco iris’ de la autoría de ‘El maestro’ Rafael Escalona —magistralmente interpretado por Iván Villazón— quisimos encuadrar en el pasaje arriba descrito lo sustancial del homenaje recientemente tributado al compositor patillalero  en conmemoración de un año más de su nacimiento: el viaje por el mundo del buen nombre de ‘Rafael Escalona 1926-2009’, tras la presentación oficial de una estampilla a su nombre y su puesta en circulación.

Hubo fiesta por un natalicio más del autor de ‘La

casa en el aire’ que, en total, puede que hayan sumado 90 sus años de nacido, o de pronto sean ‘solo’ 89 —que la ‘Colibrí’ dirá lo suyo, lo mismo que la cédula de ciudadanía y hasta el registro civil de ‘El maestro’—, una fiesta que motivó a la congregación de algunos familiares del compositor vallenato en el Salón Luis Carlos Galán Sarmiento del Capitolio Nacional, que el acto primero era en la presidencia de la Cámara. Un par de puñados de amigos de Escalona —entre ellos el

Originalidad para la presentación, a manera de boletín informativo, de un resumen sobre la vida y obra de Escalona.

abogado, compositor y presidente de Sayco Rafael Manjarrés y la presentadora vallenata de televisión radicada en Miami ‘La chata’ Riaño— o amigos de sus descendientes, también concurrieron al homenaje.

“Se pensó que el número de asis-

tentes iba a ser numeroso y por eso el cambio de escenario”, explicaban funcionarias de la oficina de Protocolo de la corporación legislativa cuando invitados o ‘colados’ se dirigían hacia el segundo piso en busca de la oficina del autor de la Ley que hizo posible la estampilla: el representante guajiro Alfredo Deluque Zuleta, oferente del acto protocolario, social y cultural de este jueves 26 de mayo, fecha del nacimiento no solo de Escalona sino también de Diomedes Díaz.

Lo de las 19.110 estampillas como

‘embajadoras de buena voluntad’ es un recurso, digamos literario de la presidenta de Servicios Postales 4-72, Adriana Barragán, cuando hacia presentación oficial de la pieza postal y quien había de decir que, para la entidad que preside, “es prioridad transmitir la cultura, el folclor y el arte nacional, por eso hoy le entregamos al país y al mundo una estampilla en homenaje a Escalona”.

Con esa estampilla, los filatelistas

también han de estar de fiesta: a su afición por coleccionar sellos de correo

Pliego de seis estampillas, en cuya parte inferior se registran cuatro versos de ‘La casa en el aire’.

acaban de ponerle aires vallenatos: los de Escalona, en una ficha postal de 30x40 milímetros de diámetro, ilustrada —sobre un fondo que proyecta ‘La casa en el aire’—, con un retrato de Escalona luciendo su tradicional sombrero, entre personajes y lugares aludidos en “sus más de cien canciones de mucho sentimiento”.

La estampilla tiene colores vivos, como representación de “la versatilidad y la maravillosa

música de ‘El maestro’”, había de decir Adriana Barragán. Además, en la parte inferior del sello postal se registra una frase que “sintetiza un sentimiento de país: ‘Rafael Escalona hoy vive en su casa en el aire’”. En la base de un pliego de seis estampillas se lee un fragmento de la canción ‘La casa en el aire’, compuesta en 1952:

‘Te voy a hacer una casa en el aire

solamente pa’que vivas tú,

después le pongo un letrero bien grande
de nubes blancas que diga Ada Luz’…

Y de ahí que se hiciera evidente, muy visible, una falla de Protocolo: vívida, espontánea, diná-

José Juan Moreno Escalona, nieto de ‘El maestro’; Ada Luz y el notario primero de Santa Marta y presidente de Sayco Rafael Manjarrés, por un lado... Por el otro, la presentadora de televisión 'La Chata' Riaño y la magistrada Yolima Carrillo, flanqueadas por admiradoras de Escalona asistentes al acto.

mica, había llegado a la fiesta en honor de su padre la protagonista principal de, quizá, la canción más emblemática de Escalona: Ada Luz, sí, la de ‘La casa en aire’, y, como tal, debía ser ella la que presentara las palabras de agradecimiento de la familia por el homenaje, antes que la representante de la Fundación Rafael Escalona con sede en Bogotá, hija de la última compañera sentimental de ‘El maestro’, Luz Marina Zambrano, también fallecida.

Apostaríamos 100.000.000

contra uno, que por esa razón Ada Luz —algo molesta— no pasó al estrado cuando fue invitada a que lo hiciera junto con su hermano Augusto. Y no había de faltarle razón: había fallado el protocolo, como falló cuando prácticamente le ordenó a un reportero gráfico dejar quieta su cámara cuando esta buscaba, en los rostros de los asistentes, reacciones ante las palabras que iba diciendo el presidente de la Cámara Deluque Zuleta, autor del proyecto que creó la ley 1764 del 23 de julio de 2015 mediante “la cual la nación se asocia a la

Carátula del folder, Emisión Postal, Rafael Escalona 1926-2009, y quien hoyb habita su casa en el aire.

exaltación de la obra artística, musical y literaria del maestro Rafael Escalona y se honra su memoria por sus aportes a la música colombiana”, ley aprobada el 26 de mayo de 2015 , en tercer debate por la comisión segunda de Senado de la República, exactamente un año antes de la presentación de la estampilla.

Por gentileza extrema, el sentimiento de gratitud de la familia por la ofrenda al cumplimen-

tado había de expresarlo el hermano de Ada Luz, Augusto, mediante una crónica leída, la cual tiene cabida plena en esta actualización de El Muelle Caribe, parte II dentro de esta afectiva producción.

Y si hemos tocado aspectos de protocolo, cuestionable también la actuación del presenta-

dor del acto o ‘maestro de ceremonia’. La simbología de la ceremonia ameritaba algo de glamour. O quizá, mejor, la actuación allí de una mujer, de pronto la misma jefe de prensa del Representante presidente de la Cámara. Ese hecho deslucía muchísimo más que un reportero gráfico buscando gestos de reacción ante las palabras de los expositores.

Y ya para ir terminando, informamos que el valor comercial de la estampilla por unidad es de

5.000 pesos y que puede adquirirse en los puntos de venta de 4-72, que desde el 26 de mayo van por el mundo esas 19.110 ‘embajadoras de buena voluntad’ adheridas a las cartas y encomiendas de los colombianos.

Así viajarán, sí, pero nosotros seguimos imaginando que, de pronto, han comenzado a ser

transportadas por enjambres de errantes golondrinas que dejaron de llevar en el pico una espina.

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