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Por Kelly Estrada Orozco

De Emiliano Pintos

La mágica vibración de las palabras

Se vuelven sicarios mis recuerdos
envuelven mi alma en su tormento 
entonces lentamente y sin apuro
clavan el puñal cerca del pecho.

El cielo convertido en felonía
presagiando la peor de las ofensas…

El dolor que entrando me quemaba
las entrañas como fuego del infierno
se volvió cansino entre las sombras
de la llaga acariciada por el viento.

Me volví para mirar mi negra suerte
confirmando una razón para mi muerte…

Un suspiro desde mi alma enmudece
el clamor de la dicha encarcelada
y el susurro de la muerte se parece
a Vulcano esculpiendome en su lava.

Ha muerto mi alma atormentada
por el brillo de tus ojos lisonjeros

Sicarios

Momentos para que las

almas tomen las riendas

Momentos para que las

almas tomen las riendas

Te hablo a ti... mi conciencia, a quien parece que ha

enmudecido.

Ahora la razón sin razones descansa y el alma que un 

día vivió amarga despierta en el desenfreno de un nuevo acto de amor.

El cuerpo, tan maravilloso instrumento que invitó al al-

ma a esta nueva aventura, te buscó confundido en un principio y, en la sombra, la luz de tus ojos lo ha guiado hacia el camino... caballero inconfundible ...déjame romper tus cadenas, déjame liberar tus miedos, déjame convencerte de lo que eres, te enseñaré que no hay por qué para tus inseguridades, déjame cuidarte el alma, déjame cuidar tu sueño, permíteme ser el origen y el final de tu sonrisa, déjame resolver tus dudas, enseñarte las mías...

No te de miedo enamorarte...

Y ¿qué si nos enamoramos?

Aprenderás que cuando las almas tiemblan al escuchar-

se y al estar cerca, entonces es el momento de que ellas tomen las riendas… permíteme convencerte de sentir con la mente, con las ganas y sin cadenas, con las fuerzas, con el alma, sí... con ella, con la misma que ha insistido en devolvernos la alegría de un nuevo día para encontrarnos.

»KEstrada«

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