top of page

Todo comenzó con un “siempre hay una primera vez...”

Una única vez para perder la cordura, una única vez

para ser irracional…

He apagado mi conciencia, te he invitado a hacer lo

mismo: olvidemos los quehaceres, seamos egoístas...

Pensaré en ti al mismo tiempo que pienses en mí, no

tengo miedo... ¡Ya se lo que quiero...!

Te quiero a ti, hoy lo digo sin miedo... en mi tiempo, en

mis modos... De todas las posibles formas que he aprendido: a escondidas, en público, a solas, con frío...

Te quiero, en la forma que acordamos, sin normas, sin

reglas, con señales, con formas no convencionales, salvaje...

Tus formas han hecho que se requieran más que tiempo

y ganas para amarnos y vivir... ¡Hemos aprendido a ser felices...! »KEstrada«

Hemos

aprendido

—sin miedo—

a ser felices…

Por Kelly Estrada Orozco

Olvido

Acaso tus dedos,
¿no reconocen mi cuerpo?

Acaso tus besos,
¿no reconocen mi alma?

Acaso tus ojos,
¿no reconocen mis sueños?

Acaso el otoño
y su triste susurro
¿no escucha mi llanto?

Acaso mi tiempo
de amarte en silencio,
¿no llena tu alma?

Acaso mi amor
de suspiros al viento,
¿no llena tu oído?...

Acaso la luna
convertida en reflejo
¿no ilumina mis besos?

De Emiliano Pintos

La mágica vibración de las palabras
bottom of page