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La Perla de América, rumbo a sus 500 años

Agua pa’

Santa

Marta

Óleo, técnica de mural, por Roberto Lewis, recoge el descubrimiento del itsmo de Panamá por Bastidas, a quien Santa Marta rinde homenaje con esta estatua en su camellón por un hecho similar: la fundó...

Así se ha eternizado el momento del comienzo de la invasión española a este hemisferio occidental.

Por: Armando E. Colón Rojas

El 12 de Octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón, después de una larga

travesía en sus tres embarcaciones, creyendo que había llegado con sus desesperados y casi sublevados tripulantes a la India (Asia Oriental), inició con sus hombres y en nombre de los reyes de España: Isabel y Fernando Castilla y Aragón, la invasión de unas tierras vírgenes preñadas de riquezas y habitadas por apacibles aborígenes —quienes ante la fuerza, el ultraje, el terror, la avaricia y la

sed de dominio de Colón y sus personajes, al parecer de la más baja ralea española, sucumbieron—, convirtió a los ibéricos usurpadores en los primeros terroristas de las Américas, que sin compasión y en su afán de someter a nuestros nativos, cometieron toda clase de vejámenes, crímenes y violaciones.

Subyugar, saquear y esclavizar era el común denominador de estos verdugos, que se asentaron inicialmente

en las islas caribeñas de Guanahani (San Salvador–Bahamas) y la Española, hoy compartida por Haití y República Dominicana, desde donde, y ávidos de oro, planificaron la irrupción de lo que Cristóbal Colón llamó ‘tierra firme’, costas venezolanas y colombianas que ya había merodeado y que posteriormente, con la llegada de más invasores, la designaron con el nombre de América.

Ante tan cruel atropello, el suscrito ciudadano americano–colombiano, nativo de Santa Marta–América del

Sur, demanda del Estado invasor de España, de sus reyes descendientes de los Castilla y Aragón y su gobierno, a que pidan perdón por los crímenes de lesa humanidad que cometieron durante el nefasto período de su dominio en nuestras tierras. Que pidan perdón a los descendientes aborígenes que subsisten aún, gracias a que sus ascendientes se replegaron en las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde hoy prevalecen sus culturas ancestrales prehispánicas: Koguis, Arhuacos, Kankuamos y Arsarios. Que les pidan perdón a todos los descendientes de los indígenas que habitaban la América arrasada, desde Méjico hasta Tierra del Fuego.

Rodrigo de Bastidas, en

1501, recorrió lo que es hoy el Litoral Atlántico de Colombia, desde La Guajira hasta el Golfo de Urabá, pasando por unas tierras paradisíacas, con una impresionante montaña junto al mar, de donde se divisaban las nieves perpetuas de sus picos: una réplica del Paraíso Terrenal, lo que hizo que más tarde, en 1525, Bastidas regresara y se asentara en ella, originándose de esta manera la fundación de Santa Marta, urbe que en este 2025 se convertirá en la primera ciudad–capital de la América

Continental en cumplir 500 a-

ños. Trascendental acontecimiento que nos hacen protagonistas de la Historia Universal. Por eso, los pocos años que faltan para el 2025 deben ser aprovechados desde este momento y en su máxima potencia, por todos los samarios residentes y no residentes, de nacimiento y de corazón y todos los amigos de Santa Marta, para procurarle a nuestra ciudad los mecanismos para su desarrollo integral: Trabajo continuo, compromisos y responsabilidades, gestiones y ejecuciones y mucho amor y entusiasmo que nos permitan empujar su progreso De Cara al 2025, debe ser el pro-

pósito de todos. ¡Despertemos por favor! No esperemos a que falten tres años, cuando ya no se pueda hacer nada. Este es el momento de Dios para nuestra ciudad. ¡Aprovechémoslo! No más negligencia ni apatía, ni egoísmos ni envidias, ni nada. No más pañitos de agua tibia. Promovamos y desarrollemos, pero desde hoy, porque para mañana será muy tarde, DESDE ESTE MOMENTO, reitero, una acción en grande y con mucho peso específico. Una acción dinámica, concreta y transformadora que llegue a las estancias gubernamentales y comprometa al gobierno con las Gestas Pentacentenaria.

Promovamos y pongamos en práctica, La NUEVA ACCIÓN: Tocar puertas, hacer gestión, actuar, empeñarse, persistir y perseverar por los sueños. Concretar, realizar, ejecutar, plasmar, desarrollar faenas para hacer realidad esos sueños. Y esforzarse y ser valientes para hacer lo imposible en posible, dinamizar procesos, materializar lo abstracto, lo intangible… y jamás claudicar ante las barreras que obstaculicen el progreso y el libre desarrollo de los pueblos.

Tenemos que avanzar y tratar de revertirle a Santa Marta el rezago secular que aún hoy, 500 años después,

seguimos padeciendo, en algunos asuntos por culpa de los españoles, caso Metroagua (Madrid) y Electricaribe (Barcelona). Estas compañías ibéricas siguen saqueando nuestro caudal económico y en compensación nos siguen ultrajando con un pésimo servicio. Tal cual, continuamos oprimidos por el invasor. Ojalá que en esta Década Pentacentenaria —lo que falta para el 2025—, tengamos la oportunidad de recuperar todo lo que se ha perdido y lo que hemos dejado de hacer por culpa también de la corrupción impuesta por los criollos vende patria que han ejercido el dominio administrativo de la ciudad desde tiempos inmemoriales. Por ello, APOYO, así con mayúscula, la gestión que está haciendo el Alcalde actual de Santa Marta doctor Rafael Alejandro Martínez para librarnos de Metroagua. La gestión del agua debe recuperarla el Distrito y administrarla como un bien de todos los samarios.

Estoy de acuerdo con usted, señor Alcalde, en su acción contra Metroagua y contra todas las concesiones

posibles que se puedan recuperar para el Distrito. Ese sería el mejor regalo para la ciudad de Santa Marta en sus 500 años, ya que con el dinero que se llevan esas concesiones se podrían concretar todas las obras y mega obras que requiere nuestra ‘Perla de América’ para su desarrollo integral. Sí, señor Alcalde: estoy de acuerdo con usted en ello, como seguro lo estarán muchos conciudadanos que aplauden esta decisión. Pero, en lo que no estoy de acuerdo, como tampoco lo estarán muchos conciudadanos, es con la idea de traer el agua para el consumo de los samarios durante los próximos 50 años del Río Magdalena, cuya situación actual es muy crítica y su futuro bastante incierto desde todo punto de vista y por donde se le quiera mirar. Lo expresado por Señor Carlos Flores en la página virtual ‘Qué hice hoy por Santa Marta, en carta abierta dirigida a usted, corrobora la presente y futura situación del río Magdalena. En unos de sus apartes, el señor Flores manifiesta: “Según estudios recientes, el 78% de la cuenca del Magdalena presenta valores críticos de erosión. Eso quiere decir que tres cuartas partes de la cuenca están en

un estado de desertificación. Para rematar, más de la mitad de los 128 municipios ribereños del río Magdalena vierten en él sus alcantarillados, sin ningún tipo de tratamiento.Seamos sinceros, la recuperación del río Magdalena es humanamente imposible por su extensión, por la complejidad de sus problemas, por los costos financieros y —lo más triste— por la carencia de voluntad política para hacerlo”. Además, la transportación de esa agua a Santa Marta y su tratamiento, multiplicaría exponencialmente la inversión que se pueda hacer en traer el agua de nuestros ríos: Palomino, Don Diego, Buritaca, Guachaca, Mendiguaca, Piedras, Manzanares y Gaira. Lo que si se tendrá que hacer es cuidar y mantener integralmente la fábrica que produce esa agua: La Sierra Nevada de Santa Marta, para que no deje de producirla. Entonces, la solución la tenemos en nuestro territorio, en nuestra jurisdicción distrital.

Aprovechar nuestros ríos debería ser el camino, lo digo con todo el respeto que usted, señor Alcalde, me

merece. Nuestros ríos es la vía para la solución de la problemática del agua en Santa Marta, no solo para los 50 años venideros, sino para los próximos 500 años. Para ello, la preservación de nuestra Madre Sierra y la construcción de embalses para el máximo aprovechamiento del preciado líquido y la concientización ciudadana sobre la problemática ambiental del Planeta, jugarán un papel muy importante. Entonces —vuelvo a Carlos Flores— “¿Por qué nos vamos a meter de cabeza en un proyecto donde nadie nos puede garantizar que, en 50 años, el Río Magdalena aún tendrá el caudal suficiente y la calidad de agua mínima necesaria para surtir nuestro acueducto?”.

La solución del problema del agua es prioridad para Santa Marta, pero igual tenemos que encaminarle a su

desarrollo integral en todos los campos. Y esta es la oportunidad. Entonces comencemos a trabajar por ese objetivo ahora. ‘Al que madruga Dios le ayuda’ y ‘No hay que dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy’, mucho menos si el ‘futuro está tocando a nuestras puertas’.

Los ríos Piedras, Manzanares —en las fotos—, Palomino, Don Diego, Buritaca, Guachaca, Mendiguaca y Gaira, pudieran abastecer el acueducto, pero se tendrá que cuidar y mantener integralmente la fábrica que produce esa agua: La Sierra Nevada de Santa Marta, para que no deje de producirla.

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