Cuando se miente (y desechemos el supuesto de lo ‘piadoso’), cuando se atropella la verdad a consciencia de que se cabalga sobre el potro de la mentira, ya no habrá forma de echar marcha atrás, ni siquiera para rasgarse vestiduras y jugar al reclamo de lealtades: la mentira mata credibilidad, destruye unidad, incumple a la fidelidad, hiere profundamente el cariño, entierra la dignidad y pisotea el honor, eso para no ahondar en principios morales ni en amor propio. La lealtad es una virtud que se desarrolla en la conciencia. La mentira, a su turno, desarrollada en la consciencia, es falsedad, traición, engaño, una actitud de la naturaleza humana que esconde o voltea a su antojo la realidad... No se puede reclamar lealtad si no se ha sabido ser leal con la verdad... Esa, que ¡siempre aparece...!

Comentarios

Fernando Antonio Molina Molina Buena Don José que bacano escribe usté. Como decía mi papá "No hay más ná que averiguá. Del árbol que descendimos encumbrados en su techo, falta mucho de humanismo pa’completá todo ese trecho.

Fernando Antonio Molina Molina Inspirado colega estoy, permítame estrechar su mano, así se escribe José Orellano...

José Orellano Y tú, Ferna: genial con esos cuatro versos... Perdona si lo digo: se me erizó la piel... Abrazo.