top of page

razónpública.com

No obstante la mala imagen del presidente y el clima de desconfianza sobre el futuro, los colombianos miran con optimismo el proceso de paz y esperan que el acuerdo se traduzca en un país mejor en muchos sentidos.

La mayoría de los encuetados considera que el acuerdo le sirve al país.

1. El proceso de paz no es el motivo

    de la impopularidad del presidente

2. Los colombianos tienen expectativas

   positivas sobre la firma de los acuerdos

Cuatro hipótesis

Marcha por la Paz en abril de 2015.
Foto: Agencia Prensa Rural

Delegaciones de paz del Gobierno Nacional y las Farc, en La Habana.
Foto: Oficina del Alto Comisionado para la Paz

Paz

LA

sigue ganando

adeptos...

Por Carlos Lemoine* 

La posibilidad de un plebiscito para refrendar los acuerdos de paz ha estado presente en

todas las conversaciones y controversias públicas en Colombia. La pregunta que ronda entre muchos es qué tanto influirán la baja popularidad del presidente y de sus políticas sobre la aprobación o rechazo popular de lo acordado en La Habana.

Y sin embargo, parece que la posibi-

lidad de un acuerdo de paz se ha consolidado en la mente de los ciudadanos como un hecho distinto e independiente del desempeño del

desempeño del presidente Santos. Para explicar este fenómeno podrían proponerse cuatro hipótesis complementarias:​

  1. El proceso de paz no es el motivo de la impopularidad del presidente;

  2. Los colombianos tienen expectativas positivas sobre la firma de los acuerdos;

  3. El acuerdo de paz sería ratificado en un plebiscito;

  4. Los colombianos más posibilidades que problemas en la firma de la paz.

En lo que sigue examinaré cada una de estas hipótesis.

Es cierto que la impopularidad del presidente Santos es bastante elevada. Una encuesta del 

Centro Nacional de Consultoría (CNC) realizada en abril mostró que la aceptación de su gobierno estaba apenas en un 30 por ciento.

Igualmente, mirando la serie histórica de encuestas publicadas por el noticiero CM& entre

enero de 2015 y abril del 2016 se encuentra que la imagen positiva del presidente ha descendido 27 puntos. Como la popularidad del gobierno está estrechamente relacionada  con la percepción ciudadana sobre la marcha del país, esta segunda variable también cayó en 26 puntos durante ese lapso, de un 53 a un 27 por ciento.

Pero por otro lado los diálogos de paz -aunque hayan sido el motivo central de la discordia

entre el gobierno y la oposición- han disfrutado de un alto nivel de apoyo ciudadano. En enero de 2015 el 68 por ciento de los colombianos aprobaban las negociaciones de paz y hoy lo hace el 56 por ciento. En este caso, la caída del optimismo es mucho menos marcada que la pérdida de popularidad del presidente o el deterioro de la percepción sobre la marcha del país.

Un elemento interesante sobre la imagen del presidente Santos y el apoyo al proceso de paz

es el contrate que existe entre la Región Caribe (Córdoba, Sucre, Atlántico, Magdalena, Cesar y Guajira) y la Región Central (Antioquia y el Eje Cafetero). En el Caribe, la imagen positiva del presidente es del 44 por ciento, mientras que en la Región Central es del 24 por ciento. Igualmente, en el Caribe hay un apoyo a los diálogos que llega al 67 por ciento, mientras en el centro del país este es del 52 por ciento.

Esta aprobación variable de la gestión del presidente viene de los diferentes estados de

ánimo que se encuentran entre la población. En la Región Caribe el 71 por ciento se siente optimista sobre su futuro; en la Región Oriental el 68 por ciento se siente así; en la Central lo hace el 66 por ciento; en la Región Pacífica lo hace el 64 por ciento; mientras en Bogotá se siente optimista el 57 por ciento. 

Según la encuesta arriba mencionada, el 75 por ciento de los colombianos afirman que les

interesa personalmente que se firmen los acuerdos de paz. La mayoría de los encuetados considera que el acuerdo le sirve al país. Este porcentaje aumenta cuando se trata de reconocer el impacto a largo plazo de la firma de un acuerdo.

Cuando se mira el interés en la firma del acuerdo también surgen grandes diferencias

regionales, así:

  • Región Atlántica, 86 por ciento,

  • Región Pacífica, 82 por ciento,

  • Amazonia y Orinoquia, 79 por ciento,

  • Región Central, 71 por ciento,

  • Región Oriental, 68 por ciento.

Es interesante ver que los colombianos consideran que el impacto positivo del acuerdo de

paz no se referirá tanto a la delincuencia y la inseguridad como a las mejorías en el bienestar social y el mercado laboral. Según una encuesta nacional del CNC aún no publicada, ante la pregunta de dónde se verán esos impactos, las respuestas de los ciudadanos se desglosaron así:

  • Desarrollo social y trabajo: 39 por ciento,

  • Reducción de delincuencia e inseguridad: 14 por ciento,

  • Recursos para la salud: 12 por ciento,

  • Desarrollo económico: 11 por ciento,

  • Solidaridad: 7 por ciento,

  • Recursos para educación: 5 por ciento,

  • Protección de la infancia: 4 por ciento,

  • Más democracia: 3 por ciento,

  • Mejor ambiente político: 1 por ciento,

  • No tendrá beneficios: 3 por ciento.

Esto quiere decir que en todas las regiones hay una mayoría que piensa que la firma de los

acuerdos será benéfica para el país.

Si la buena imagen del proceso de paz ha mantenido una mayoría razonable y si el 75 por

ciento de la población tiene interés en que se firme el acuerdo, resulta natural que a la pregunta sobre cómo se votará el plebiscito se responda afirmativamente. La encuesta muestra los siguientes resultados:

El acuerdo de La Habana va a ser ratificado por el pueblo soberano. 

  • Lo aprobará: 49 por ciento,

  • Lo rechazará: 15 por ciento,

  • No lo votará: 33 por ciento,

  • No sabe: 3 por ciento.

De esto se deduce que los votos positivos triplicarán los negativos y que el umbral del 13 por

ciento se superará con holgura. Parece pues que el acuerdo de La Habana va a ser ratificado por el pueblo soberano.

3. El acuerdo de paz sería

    ratificado en un plebiscito

4. Los colombianos ven más posibilidades     que problemas en la firma de la paz

La intención de votar positivamente el plebiscito no nace de un examen concienzudo sobre la

naturaleza o alcance de los acuerdos entre el gobierno y las FARC, pues más del 80 por ciento de la población conoce poco o nada sobre ellos. 

Parece que los colombianos simplemente ven en el proceso la posibilidad de dejar atrás el

pasado y vislumbran que la paz traerá nuevas y mejores oportunidades para el país. Para la mayoría, el proceso es la posibilidad de tender la mano y reconciliarse, y por eso lo apoya.

El 65 por ciento de los encuestados cree posible que el proceso de La Habana concluya en

un acuerdo. Y dentro de este grupo hay diferencias que no dejan de ser interesantes. Por ejemplo, las mujeres tienen más confianza que los hombres, los jóvenes que los mayores y los estratos populares que los altos. Además, la mayoría (63 por ciento) considera que si se firma el acuerdo se justificarían los esfuerzos invertidos. 

En resumen, los colombianos ven como un paso adelante la firma del acuerdo y quieren

asumir la responsabilidad de darlo.

La pedagogía del proceso tiene que enseñar una nueva sensibilidad sobre lo que sería posible

para Colombia  si se llega a conversar con optimismo sobre las cosas que buscamos: la paz, la confianza, la integridad, el progreso. 

* Director del Centro Nacional de Consultoría. 

bottom of page