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Con acciones para resurgir

Continuismo positivo

Santa Marta:

Por lo menos medio siglo sin dinámica sostenida de desarrollo tanto en obras de ingeniería civil e infraestructura, como del mismo componente social, han quedado atrás para ‘La perla de América’: Santa Marta, Distrito Especial Turístico, Cultural e Histórico.

A un mes de haber asumido, el alcalde Rafael Alejandro Martínez ejerce continuismo, pero del positivo: rige para todos los frentes de obras que dejó la administración de Carlos Eduardo Caicedo Omar. Y con la misma dinámica de su antecesor, Rafael Alejandro Martínez recorre e inspecciona trabajos, exige agilización cuando es evidente la parsimonia en sus avances y demuestra interés en que todos los proyectos se ejecuten al ciento por ciento dentro de los tiempos previamente establecidos. “No habrá adiciones presupuestales”, ha dicho. “Hay que entregar dentro de los primeros 100 días de gobierno”, puntualiza.

El Muelle Caribe estuvo de visita en la capital del Magdalena y pudo palpar la capacidad de trabajo del

burgomaestre, continuidad inequívoca de un proceso de cambio en las ‘históricas’ costumbres político-administrativas samarias.

Los frentes de obras son diversos para una ciudad que se ponía vieja y parecía como eternizada, con toda su antiguedad, en la desidia de gobiernos en manos de familias tradicionales de la sociedad samaria y que, más pendientes del ‘quita y pon’ a favor de sus intereses político-familiares— bajo la sombra portentosa para ellos de la fronda burocrática, con aplicación de la ‘ley del embudo’: lo ancho pa’ellos, lo angosto pa’uno’— , hacían poco pero informaban mucho sobre inversiones multimillonarias en pesos pero paupérrimas en realidades tangibles.

Se han parado con firmeza la anterior y la presente administración —la cual apenas despunta—, no han cedido a presiones ni al juego sucio y, de parte del gobierno, hasta se ha tenido que recurrir a la vía judicial para avanzar en planes y proyectos.

Hoy, Santa Marta es otra. Su cielo ya no es tan azul como lo es por estos días el de Bogotá, es cierto —una densa capa grisácea hace borroso el color pardo de los cerros o el verde sobreviviente de alguna vegetación—, pero tiene ahora una nueva clase

El cielo

Caribe

El cielo

cachaco

Pero en plena sequia, el azul del cielo samario (28 de enero) palidece mientras el bogotano brilla de lo azul 8 (25 de diciembre). Una  densa capa grisácea hace borroso el color pardo de los cerros o el verde sobreviviente de alguna vegetación y el azul de antaño en el entorno de la ciudad última morada de Simón Bolívar.

Rafael Alejandro Martínez

Sobre planos del Polidepotivo, el alcalde de Santa Marta Rafael Alejandro Martínez dijo a los contratistas que no habrá adición presupuestal para obras atarasadas.

dirigente, con muchas ganas de trabajar por la ciudad y por sus habitantes.

Los puentes de antaño, por ejemplo —espacios reducido que iban eternizándose en las telarañas de proyectos archivados en los anaqueles de la perniciosa desidia oficial—, han sido no solo recuperados sino ampliados para el servicio de la movilidad de una ciudad destino turístico que en la temporada alta que acaba de finalizar logró capacidad hotelera de un 95 por ciento. Como el de la carrera 19 sobre el río Manzanares, fundamental para el Sistema Estratégico de Transporte Público, “reflejo de una nueva era”, como dijo el entonces alcalde Carlos Eduardo Caicedo Omar al inaugurar la obra. “Una obra que no es aislada, que no es un puente más. Es un paso clave para la movilidad de Santa Marta”, precisó en su momento.

Y como siguiendo el ejemplo de Barranquilla y ciudades del interior como Bucaramanga y Medellín, el gobierno de Martínez se pone al frente de la recuperación y modernización de parques. Se proyecta la intervención de diversos territorios —parques que se fueron quedando a la buena de Dios y a la mala del vandalismo y la delincuencia común— para el encuentro social y para solaz y recreación del pueblo samario, de su gente, en especial de la chiquillería.    

El aseo, el espacio público, las jornadas de vacunación —en procura de las metas en cobertura establecidas por el Gobierno nacional para el año 2016—, los bulevares de la avenida Tamacá en el Rodadero para darle orden a la venta de comidas en el camellón, el compromiso de aumentar cada año el presupuesto destinado a la asistencia de víctimas del Distrito, la búsqueda de la calidad en la educación, la recuperación territorial del mercado púbico, el derribamiento de ‘el muro de la infamia’ para ampliación de la avenida del Río y la ampliación también de la 30, son puntos clave para asentar gobernabilidad en Santa Marta, un proceso que arranca en su quinto año.

Pero uno de los grandes sueños samarios, es el Polideportivo: tener allí en ese vasto terreno, canchas y condiciones adecuadas para la práctica competitiva de diversas disciplinas deportivas. Y allí en la calle 22 o avenida Libertador, El Muelle Caribe encontró al alcalde Martínez en plena faena, conminando a los responsables y mirándolos a los ojos para que explicaran el porqué de la parsimonia en los trabajos. Y oídas las explicaciones de contratistas y obreros, Martínez que reafirma liderazgo y pide más celeridad en procura de la terminación de la primera fase de este ambicioso proyecto de recuperación y reconstrucción del Polideportivo, iniciadas durante la administración de Carlos Eduardo Caicedo Omar.

Tras su inspección —no solo al Polideportivo sino a los otros frentes—, el alcalde Martínez es consciente de que hay que estructurar un cronograma compromisario para fijar fechas de entrega. “La idea es que dentro de los primeros 100 días de Gobierno podamos entregar gran parte de las obras que se dejaron contratadas y ese es nuestro principal desafío”, dijo el primer mandatario municipal. En el caso del Poli, la meta es que sea utilizado en los Juegos Bolivarianos de noviembre del 2017.

El atraso que puede palparse en los trabajo del Polideportivo no será una condición para obligar a la administración a adicionar recursos para el proyecto, precisó el burgomaestre, quien hizo un llamado a todos los contratistas para que “las obras se terminen en el tiempo estipulado y lo más importante es que no puede haber adición presupuestal porque se deben cumplir las reglas de juego”, dijo.

En esta primera fase en el Polideportivo solo habrá modificación en la zona de enceramiento, la pista de trote, iluminación y unos módulos que servirán para el público en materia deportiva. “La segunda fase estaría asociada con la realización de los Juegos Bolivarianos y el Gobierno nacional debe invertir algunos recursos en este escenario”, indicó Martínez, quien anunció que en procura de la garantía de recursos para la financiación de esa segunda fase —la Vila Olímpica de Santa Marta—, ha de viajar a Bogotá.

Lo cierto es que si por hora el azul del cielo samario palidece ante el del cielo bogotano, Santa Marta, ‘La perla de América’, resplandece sobre obras y más obras, hormigón y sentido social. La oscuridad de más de medio siglo —la horrible noche— ha cesado. 

Ampliación del puenta de la carrera 19 sobre el río Manzanares.

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