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¿Toda esa importancia será solo historia?

Foto de fundacionmagdalena.blogspot.com 

Cconstruido en una bahía que le permitía tener una protección natural, el brazo de tierra llamado Isla Verde que le generaba la posibilidad de que el mar no lo atropellara directamente, y correspondiendo a un desafío aquitectónico e ingenieril, el arquitecto cubano Francisco Javier Cisneros logró que el muelle de Puerto Colombia se metiera más de 1.200 kilómetros al Caribe —uno de los más largos del mundo a finales del siglo XIX— y abriera el acceso, procedente del exterior, del progreso y el desarrollo a Colombia. 

Un reto al buen juicio, restaurar

muelle de Puerto

...habría que pedirle a la Sociedad de Ingenieros algún estudio que nos permita mirar si esos recursos van a estar bien invertidos en la obra del muelle de Puerto Colombia.

Por Inocencio De la Cruz

No solo lanza su voz de alerta porque “cada día es más remota la posibilidad de que el muelle de Puerto Colombia vuelva a tener la fortaleza estructural que tuvo en el pasado” sino que se plantea un gran interrogante: “¿Si es necesario invertir allí una cantidad de dinero (bastante apreciable) bajo las circunstancias de que estamos en un país donde los niños todavía se mueren de hambre?”.

Es la posición del arquitecto,

historiador y vicerrector de la

Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, Ignacio Consuegra Bolívar, quien, en declaraciones a Caracol radio, ha precisado que el que actualmente se maneja en torno a la improbable restauración del atracadero es, exclusivamente, “un tema de ingeniería...”. Razón por la cual “habría que pedirle a la Sociedad de Ingenieros algún estudio que nos permita mirar si esos recursos van a estar bien invertidos en la obra del muelle de Puerto Colombia”.

La fluida información de los últimos días sobre la restauración del muelle en los medios de comunicación hablan de inversiones por el orden de los 8.000 millones

de pesos —algunas dicen que son 12 mil millones lo que invertirá la Gobernación del Atlántico y otras agregan que también se cuenta con 1.500 millones de pesos del ministerio de Cultura— en el desarrollo, durante cuatro meses, de tres frentes de trabajo: enrocado de 150 metros lineales en la parte izquierda del muelle, similar enrocado en la parte derecha de la estructura y construcción de un espolón semi-sumergible en este mismo lado.

Ha sucedido, pues, que, a comienzos de marzo, las fuertes brisas, incluso de más de 75 kilómetros por hora, y los temibles oleajes del mar Caribe en esa zona de Puerto Colombia, derrumbaron otros 60 metros del viejo desembarcadero —algunos medios dicen que fueron 30— y cuando estas situaciones se registran es, en palabras de Consuegra Bolívar, “cuando nos recordamos del muelle, cuando vemos su vulnerabilidad”. Muchos aseguran que un 90 por ciento del muelle desapareció.

El presente, con miras al futuro, del muelle de Puerto Colombia es un reto, no hay duda, para el buen juicio de la ingeniería no tanto regional sino nacional: el que se aspira reparar es un Monumento Nacional, para el cual “desafortunadamente el tiempo ha ido pasando”, mientras “todas las administraciones prometen hacer algo”, pero...

Es un muelle que, en 1895, abrió las puertas de Colombia al desarrollo y el progreso, pero que hoy enfrenta el problema de haberse ido quedando, por degradación del entorno natural, “en un medio muy agresivo, un mar fuerte, unos niveles de salinidad y de oxidación muy altos”, precisa Consuegra Bolívar, quien agrega: “Los historiadores coincidimos en que ese muelle no fue construido para aguantar el embate de las olas del mar, no fue construido para estar en altamar, fue construido en una bahía y ese muelle tenía una protección natural que le generaba la posibilidad de que el mar no lo atropellara directamente. Ese brazo de tierra se conoció como la Isla Verde”.

Es un reto para el buen juicio de la ingeniería: una obra de reconstrucción que permita anclar un nuevo concreto a un concreto viejo... “Está en entredicho, no está comprobado que eso pueda tener una larga vida”, dice el académico.

Profundizando en torno a las inversiones a ejecutarse en el ‘muelle enfermo’, el historiador precisa que “en muchas ocasiones a varios alcaldes de Puerto Colombia se les ha recomendado que en vez de pensar en invertir o tener una intervención directa sobre la estructura del muelle se pensara en reconstruirle una barda o unos espolones que le impidan al mar golpearlo, porque ya el muelle es una especie de enfermo... Su enemigo número uno es la brisa y las olas del mar... Unas brisas y unas olas que nunca fueron parte de su estructura ni de su estudio. Los muelles se construyen precisamente en sitios calmos para que puedan llegar allí las embarcaciones”.

Y surge, en sus declaraciones, una especie de ‘mea culpa’ del historiador, al decir por Caracol radio que “los arquitectos a veces estamos a la expectativa mutua de las obras de infraestructura, pero se nos olvida también la parte social del país... Oigo que van a invertir allí no sé cuántos miles de millones de pesos y habría que ver si eso técnicamente va a dar algún resultado o sencillamente el mar va a seguir deteriorando la estructura hasta llevarlo a colapsar a su final, que parece que es lo inminente”.

La expectativa que surge, de acuerdo con Consuegra Bolívar, “es ver si desde el punto de vista de la ingeniería y de la fortaleza, cualquier construcción que se haga allí va a aguantar las brisas de unas épocas del año que es cuando nos recordamos del muelle, cuando vemos su vulnerabilidad, y que si la naturaleza, con su fortaleza, va a ser derrotada por las intervenciones que hoy se hagan”.

Y remata: “Yo creo que habría que revisar esos temas. Y los entes que están llamados a dar un veredicto sobre eso son la Sociedad de Ingenieros del Atlántico y la Sociedad de Ingenieros de Colombia, porque el muelle más que una obra arquitectónica, es una obra de la ingeniería colombiana, un desafío por medio del cual en el año 1895 se pudo meter casi dos kilómetros al mar y desarrollar unas actividades allí que fueron importantes para el país”.

Para la historia ha quedado escrito que el muelle, construido por el arquitecto cubano Francisco Javier Cisneros, fue inaugurado el 15 de junio de 1893 y que hasta 1920 fue el principal del país, al tiempo que, en aquel entonces, estuvo entre los más extensos del mundo con mil 219 metros de longitud.

A partir de 1936, cuando el canal de Bocas de Ceniza comenzó a permitir el ingreso de barcos hasta el Terminal Marítimo de Barranquilla, el muelle quedó condenado al olvido y al deterioro. Paulatina pero agresivamente, hasta el día de hoy.

El colapso total del muelle parece inminente, de acuerdo con la voz autorizada de Consuegra Bolívar. De ser así, a pesar de la plata que se invierta en obras de reconstrucción, la existencia del muelle de Puerto Colombia será solo historia. Ya no habrá Monumento Nacional tangible. Será entonces, como el Carnaval de Barranquilla, patrimonio inmaterial de la humanidad.

Gises nubarrones rodean el futuro del muelle de Puerto Colombia... Aunque se inviertan miles de millones de pesos en su reconstrucción, el colpaso final parece inminente. Masjestuoso, como se aprecia aquí, parece que NO volveremos a verlo.

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