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gloria

con el

América

Feiver Mercado,

La joven carrera de Feiver está llena de trofeos.

Por David Campo Pineda

Todos pendientes de lo que expresa Faiver.

junioristas, y revela que el gran deseo de su hijo mayor es estar en el Junior, el equipo de su tierra. “Por ahora apoyamos al América porque Feiver está ahí, y apoyaremos al equipo en que juegue. Pero en el fondo todos somos seguidores del Junior”, comenta la orgullosa madre.

Logros: América, campeón de la B y ascenso a la A
Equipos donde ha jugado

La alegría de Feiver ganador y el cuadro casero con imágenes de algunos otros logros del jugador galapero.

A los muchos méritos

que han regalado a Galapa sus hijos, se suma otro con-sistente en el título de cam-peón del fútbol colombiano, en la categoría Primera B, que logró Feiver Alfonso Mercado Galera como delan-tero del equipo de fútbol A-mérica de Cali, recién ascen-dido a la Categoría A.

Feiver, de 26 años cumpli-

dos en junio, casado con Leslie Higuera y  padre de dos niños, Nicolás y Mariana, está dichoso por ese logro que lo muestra co-mo un apetecible futbolista para cualquier club profesional, nacional o internacional.

De sima a cima

Los triunfos de los hijos son alegrías para los padres y les resarcen de los sacrificios, lágrimas y dolores durante

su crianza, sobre todo cuando el hogar es humilde. Es el caso de los Mercado Galera quienes, tras vivir grandes pe-nalidades, ven con ojos de esperanzas el futuro familiar. La madre del joven deportista, Hilda Rosa Galera Saldoval, explica una pequeña parte de las angustias.

Nada fue del color de las rosas en la niñez del primogénito Feiver, excepto el amor de sus padres, Roberto Mer-

cado e Hilda Galera, y de sus restantes cuatro hermanos: Alexis, quien ayuda al padre en la venta de comidas rápi-

das; Roberto, dedicado al fútbol; Sandra —quien está en Cali con su hermano mayor— y Alexander.

En el joven estaba la semi-

lla del éxito, desarrollada gota a gota —como se forman los ma-

res— por su tesón y por el apoyo paternal, moral y económico sin importar los sacrificios, para que asistiera a las prácticas de fútbol.

Ahí se fue desarrollando, ganando experiencia, fortaleza y, sobre todo, convenciéndose de que sí podía alcanzar lo que se propusiera.

Sus calidades como delantero lo pusieron en la mira del Deportes Quindío que lo contrató para 2008-2009; lue-

go pasó al Centauros Villavicencio de 2010 a 2011; siguió al Universitario de Popayán para el periodo 2012-2014 y en 2015 llegó al América de Cali, con el cual ganó el campeonato de la Primera B, lo que les dio paso a la Categoría A tras largos años de ausencia

Hilda expresa con su acendrada sencillez que viajará a Cali para visitar a su hijo mayor. “Feiver se porta con todos nosotros demasiado bien. El es el eje, es la cabeza de la familia”, dice. No sabe qué planes tiene su pela’o para el 2017, pero intuye que está dejando que las cosas se vayan dando poco a poco. Parece que hay ofertas del fútbol

Un hijo que se porta demasiado bien

internacional, pero eso es una infor-mación clasifica-da.

Todos en la

casa son junioris-

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