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Vamos con el sufrimiento Caribe

¿Qué nos

pasa...?

Por Edgardo

Caballero Gutiérrez

Ángeles somos,/ del cielo venimos,

pidiendo limosnas/ pa’ nosotros mismos...

Pan y vino pa’Marcelino,

gas y luz pa’la región...

no más alzas en los servicios

¡pa’que no roben por mero vicio!

No importan los ‘apagones’, que las alzas no se harán esperar en los recibos de los usuarios de este pésimo servicio público que presta Electricaribe

Del cuento de ‘el gallo

capón’: otra vez irregular

Esta vez el turno fue para Viera

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Por El Monje Jr.

Para nosotros, en los dos goles del Deportes Tolima en el segundo tiempo, el buen arquero paraguayo al servicio del Junior, Sebastián Viera, estuvo seriamente comprometido.La del domingo primero de noviembre ‘Día de los angelitos’ no fue su noche, no hay duda: el gol de Marco Pérez, a ras de césped, minuto 49, y el autogol de Iván Vélez, al minuto 85, pudieron haber sido evitables si Viera hubiera actuado con la agilidad a que nos tiene acostumbrados. En ambos casos no llegó a tiempo al balón y en el segundo su aparatosa salida ante tiro de Pérez, el autor del primero, dejó sin muchas posibilidades de reacción a

Vélez que, de cabeza, la introdujo en su propio arco.

El jugado este domingo en el Metropolitano de Techo en Bogotá —una cancha imposible ante la seguidilla de aguaceros caídos sobre el Distrito Capital—, fecha 18 de la Liga Águila, fue un partido aburrido en su primera etapa. Con la emoción de los goles para los ganadores —así es la cosa: el que gana es que goza— mejoró en el segundo, pero fue otro momento de más de 40 minutos en los cual Junior volvió a demostrar que le resulta muy difícil reaccionar con acierto cuando le anotan primero. Tal parece que se le olvida aquello de jerarquía.

El equipo dirigido por Alexis Mendoza salió a jugar ante el Tolima con la esperanza de que el paraguayo Roberto Ovelar —autor de los dos goles con que se le había ganado a Medellín en el Metropolitano— siguiera con racha goleadora en Bogotá, pero las ilusiones fueron a dar al traste al minuto 4 del partido: el defensor Rivas lesionó al delantero y este tuvo que ser reemplazado por Ibáñez. Y en esa delantera de Junior, Edison Toloza volvió a hacer alarde de su falta de puntería y, entre varias, una buena bola para gol la mandó al cielo. En las otras ocasiones siguió desviado del arco.

Con su triunfo, Tolima, que impuso condiciones en el segundo tiempo una vez conseguido el tanto tempranero de Marco Pérez, entró a la lista de ocho clasificados. Por su parte, Junior sigue entre los ocho, pero ahora va de tercero debajo del Tolima, aunque con los mismos puntos: 32.

En este encuentro se pudo apreciar de pronto los deseos de Jarlan Barrera para ensayar su fútbol vistoso, pero no tuvo acompañamiento. Faltando pocos minutos para el pitazo final, con el 2-0 ya encajado, los jugadores de Junior, incluido el mismo Jarlan, parecían ansiosos, como acariciando el deseo de que “¡esto acabe ya!”.

La verdad: en este partido, Junior, considerado por la crítica especializada como “un excelente visitante”, volvió a la constante de su irregularidad futbolística. No pudo superar el golpe emocional del gol a los 4 minutos del segundo tiempo, no levantó más. Y la situación inquieta: ¿si es equipo para afrontar el final de la Copa Águila, los playoff de la Liga Águila, llegar a la final y estar dispuesto a campeonar, en procura de la octava estrella?

Repetimos algo ya publicado: este Junior, en muchas ocasiones, es un equipo como sin alma, como una ‘querida sin ganas’, como una amante cansada, como una ‘tiniebla’ asustada. Se deja hacer, pero como moza pasiva. Eso es lo que El Monje Jr., impávido, percibe cada vez que puede.

Aun así, seguimos amando a ‘La querida de Barranquilla’.

Tanto en el primero como en el autogol, Viera no salió a tiempo.

Hace treinta años veíamos un programa de humor satírico mexicano que nos cautivó por la constante pregunta ¿qué nos pasa? y cuyo objetivo eran las diversas situaciones de vida de una población, región o país latinoamericano.

Hoy, cuando aflora la inocencia de los niños al pedir ‘los angelitos’ de casa en casa en el Caribe colombiano, sudados y con los pies polvorientos corriendo cual bandadas de ‘rositas’ —esas aves canoras de mucha presencia en jardines y áreas boscosas—, nos toca a nosotros en la Región Norte Colombiana, más allá de preguntarnos ¿qué nos pasa?, implorar limosnas al Gobierno nacional para que nos den solución a un problema creado por el propio poder central y centralista.

La falta de gas en nuestra región —gran productor de gas natural— no es más que el producto de otra improvisación del Gobierno que, hace ocho años, facilitó la exportación a la vecina Venezuela solucionándole el problema de abastecimiento que ese país padecía. Y que necesita actualmente.

Permanentemente aumenta el envío al interior del país del gas extraído de La Guajira sin pensar en las reservas para el Caribe colombiano porque no existe ninguna forma de que se nos retribuya enviándonos gas desde el interior debido a que no hay una interconexión para ello.

En días pasados representantes de la ANDI de Barranquilla y Cartagena estuvieron en el Ministerio de Minas ‘tratando’ de conseguir que les mantuvieran el suministro sin alzas exageradas para el sector industrial y se les garantizaron 37 millones de pies cúbicos, un contentillo, por un tiempo determinado. ¿Y la población en general qué?

El gobierno colombiano espera que PDVSA nos envié a corto plazo unos 35 millones de pies cúbicos hacia La Guajira a través del gasoducto Trans-Caribeño que debía estar funcionando desde 2013. Pero nada es nada: aun no funciona.

Hoy día el gobierno habla de los proyectos para producir energía eléctrica, el otro ‘cascabel que nadie le quiere poner al gato... ‘San Miguel’ en Antioquia entraría en funcionamiento en diciembre, ‘Carlos Lleras’ también en Antioquia comenzaría a operar en diciembre 2015, ‘Cucuana’ en el Tolima debería estar funcionando, ‘Tasajera 2’ en Norte de Santander va en un 90 por ciento, todavía no arranca, y ‘El Quimbo’ debió arrancar en agosto, pero...

La Contraloría General de la República anunció que investigará que se hicieron los 14 billones de pesos que los usuarios han cancelado en los últimos nueve años dentro del bien llamado ‘cargo por confiabilidad’, dinero que debería usarse para este tipo de emergencias, pero ninguna la confiabilidad que se gana la empresa prestadora del servicio de la Costa. Mientras tanto, las alzas no se hacen esperar en los recibos de los usuarios de este pésimo servicio público que presta Electricaribe.

¿QUÉ NOS PASA?

Será que no han oído hablar de las llamadas energías limpias que nos brinda la madre naturaleza: la solar fotovoltaica, la eólica, la solar termoeléctrica, la geotérmica y la mareomotriz, entre otras... ¿O será que este tipo de alternativas no generan ‘mordida’? ¿Será que esos proyectos no dejan el ‘te-bí-llegar’?

¿QUÉ NOS PASA?

¡No se rían, no se rían que la mochila está vacía!

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