El Muelle
CARIBE
Homenaje perenne al Muelle de Puerto Colombia
Crónicas y Opinión
José Orellano, director
La literatura del Magdalena
hacia el más alto vuelo de
los pájaros de la memoria
Viajar a lo propio
La optimista frase, literatura pura, del poeta samario José Luis Díazgranados que ha proyectado, desde FilBo-2016, el futuro literario del Magdalena.
Tras conocer los olores, las sombras, los fantasmas de la casa en ruinas en la cual había nacido y crecido Gabriel García Márquez en Aracataca, Rafael Darío Jiménez, con paciencia de alquimista, desentrañó la historia del coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía —había instalado allí su oficina de Coordinador de Cultura Municipal— y luego escribió esa metáfora de Macondo llamada ‘La nostalgia del coronel’, que fue presentada en la Feria del Libro. Rafael Darío resucita en prosa la vida del abuelo que fue tan influyente en la vida y obra de García Márquez, dice Edward Waters Hood, de la Universidad de California. La historia detrás de esta historia en El Muelle Caribe próximo
La crisis educativa que afronta el Magdalena es estructural. Tanto, que a nivel nacional solo aventaja a Chocó —último lugar— en logros de estándares educativos. Deshonroso sitio en el cual se asienta, hace ya sus buenos años. Viviendo la situación desde adentro, el docente samario Armando Colón Rojas sueña el sueño de solución para tal problemática pensando en Santa Marta, su zona laboral, y plantea una propuesta titulada ‘Potenciación de competencias’. Como al país tampoco le va bien en la materia, su idea va más allá y, hecha libro, se presenta como una ‘Estrategia para mejorar la calidad de la educación en Colombia’, cuyo prólogo lee la alumna Clara Arena.
Con presencia oficial de la Gobernación, encarnada en la directora de Cultura departamental Matilde Ester Maestre R. —una docente afrodescendiente—, se cumplió, el sábado 30 de abril, el Día de las Letras del Magdalena en FilBo-2016. La ‘seño Mati’, como la llaman cariñosamente, aparece al lado del prologuista del ‘La nostalgia del coronel’, poeta cienaguero Fernando Denis, quien lee apartes de su obra ‘Boceto de Babilonia’, una antología de 27 años de trabajo. También subió al escenario el autor Wilmar Daza Bohórquez para presentar ante lo propio —un recinto con presencia masiva de magdalenenses y gente Caribe— su libro ‘Espejo de la memoria’.
A la carpa VIP de Corferias llegaban las historias, historia como esa sobre la cual —ante conterráneos “menos pigmentados y hasta los más pigmentados”—, disertó el sociólogo magdalenense Edgard Rey Sinning: ‘La africanía o los afrodescendientes invisibilizados en los estudios sobre Santa Marta y el departamento’ y que plantea muchísima más población de esclavos en el discurrir de antaño de Santa Marta que en Cartagena, en Popayán y hasta en La Habana. Rico material sobre el cual, de acuerdo con Rey Sinning, falta documentar la historia y escribir la literatura: literatura e historia sobre el Magdalena, “un poco desconocidas”.
La delegación estudiantil samaria en FilBo 2016: 21 estudiantes de 11-1 del Liceo Celedón bajo la responsabilidad de los docentes Martha Ligia Aarón, coordinadora, e Hilder Pérez, en la fotografía para el recuerdo con inclusión del director de El Muelle Caribe. Martha Ligia se empoderó de la parte deliciosa del acto: el brindis con ‘Ron Caña’, un clásico de la industria licorera magdalenense, y pasa-bocas de rodajas bollos de yuca y de mazorca ‘enmatrimoniadas’ con queso. La presencia de magdalenenses en la presentación de libros de autores departamentales fue masiva, como lo muestra la gráfica superior derecha y en la cual se aprecia la asistencia de un indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Primero fue Rafael Darío Jiménez, después Armando Colón Rojas.
El primero de ellos, amigo de años atrás —aquellas tres épocas por El Informador de la bella Santa Marta— y, el segundo, de reciente data, gracias a Facebook.
Los dos, vía celular, invitaron: Rafael Darío quería que fuera la noche del viernes, pero había otra opción: las 10 de la mañana del sábado. Armando también, pero aclaró que lo fundamental era el sábado 30. Y este nos hizo parte integral de la delegación bananera al Día de las Letras del Magdalena. Viernes no se podía, sábado no había inconveniente...
Entonces, había que volver a FilBo-2016, ahora en misión periodística de carácter regional, magdalenense, samaria. Y allí estuvo el equipo de El Muelle Caribe.
Había méritos suficientes para volver: dos amigos iban a hacer presentación oficial de sendas obras. Y había que concurrir. Lo hicimos y, de arrancada, aun en las afueras de Corferias, emoción vibrante: la calidez del abrazo con Armando —como si la amistad fuera de vieja data—, su libro autografiado, el saludo con otros amigos samarios, las presentaciones de rigor con otros y otras y, en el entorno, una veintena de
muchachos haciendo fila para el ingreso: 21 jóvenes Caribe, unos llevaban paquetes de libros entre sus brazos, otro cuidaba en el piso una caja del licor emblemático del Magdalena: Ron Caña. En esas apareció Rafael Darío cargado bolsas repletas de mecato y botellas de gaseosa, lo dejó todo en el piso y la fundición de almas: él, escritor; nosotros, embadurnadores de cuartillas y de pantallas de computador, periodistas, pero ahí vamos.
En foto-mini-relatos, lo esencial está dicho. Las presentaciones de los libros, con obsequio por parte de la gobernación del Magdalena de ‘Flor de zarzas-sonetos, trípticos, acrósticos, zarzas y musas’ de Alonso Noguera Aarón; la frase poética de un poeta —que nos ha servido para titular—, el saludo con más amigos del Magdalena, entre ellos el sociólogo Edgard Rey Sinning, el columnista Adel Bolaño Navarro y los periodista Joaquín Moreno Parejo y Carlos Barón, las relaciones profesionales con la afrodescendiente directora de Cultura del Magdalena Matilde Ester Maestre y con la docente-coordinadora Martha Ligia Aaron y en fin...
Una grata mañana en Corferias, en medio de la delegación regional y que le ha dejado a El Muelle Caribe tema para tres o cuatro notas posteriores. Mientras tanto, recreemos la mirada con las fotos que inmortalizaron instantes vividos en el Día de las Letras del Magdalena...
Sí, en esta actualización, una secuencia gráfica de lo acontercido con relieve para la presencia de los 21 jóvenes Caribe en FilBo 2016: estudiantes de 11-1 del Liceo Celedón, todos ellos de excelente disciplina y encomiable aplicación, de acuerdo con la coordinadora Martha Ligia Aarón. Para ellos, las veintes horas de viaje de ida y las otras veinte de vuelta no representan otra cosa sino una emocionante aventura académica que había de acercarlos también a las callecitas con ascenso y descenso, con mucha historia, de La Candelaria, su Chorro de Quevedo y otros atractivos de Bogotá, Distrito Capital.
No nos queda la menor duda: fue un agradable viajar a lo propio... Incluso con recepción y lectura obligada del periódico Cayeye, irremediablemente samario, sin que dejara de proyectar las inquietudes, textos y caricaturas, del amigo Jaime Barbosa Picón, Jaba.
Secuencia gráfica de Claudia Marcela Orellano Silva