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Cuatro poemas de Abel Rivera García

Por Abel Rivera

García

Lar bendito que embriagas mi razón:

eres marina y serrana, de laguna y pantanal,

tu riqueza pesquera, minera y forestal

hoy me impulsa a cantarte con pasión.

Eres vergel de eterna primavera

con dulces frutos de carmín

y el sutil aroma de jazmín

por fragantes a tus mujeres distinguiera.

Tu verde ciénaga tachonada de manglares

y los mansos mares de riqueza natural

inspiran bardos y juglares de tu estirpe cultural

que con poemas y canciones ensalman tus pesares.

Tienen tus gentes, más que ninguna,

la pura raza del Caribe tropical:

espontanea, sibarita, clara como el cristal.

¡Por Dios! ¿Podrá haber mayor fortuna?

Santa Marta, febrero 9 de 2017.

A la ciudad de Ciénaga

¿Qué es lenguaje de gamberros y truhanes?

Si, y de descastados, viles y ordinarios,

pero, como evitarlas puedes, de modo voluntario,

cuando se enerva el alma por culpa de rufianes?

Si la sangre hierve con aires sofocantes

por sandeces de tantos gilipollas,

porque el orgullo y el honor nos hoyan

vienen a boca prestas en un instante,

sonoras y enervantes. ¡Y ahí si fue Troya!

cual trueno centelleante en gris tormenta

que con su lluvia aminora injusta afrenta.

Hay un gozo sutil, muy bien disimulado,

cuando a ellas acudes desmadrado

sin poder siquiera, echarlas a un lado

¡y lamentas no haber reflexionado!

Procacidades

Rocas, ladrillos, escombros por doquiera.

¡Me parte el alma ver cómo se va!

Que se demuele y que ya jamás será,

ese, el mismo que en mi niñez conociera.

Escenario de lujosas “novenas” y grandes toleteros,

animadas controversias y lides beisboleras;

¿Qué mal tenía para que hoy demolerlo decidiera,

 un alcalde vil, perverso y pendenciero?

¡Claro que siento un gran dolor,

al ver la ruina en que se encuentra hoy!

Si era en verdad un coliseo encantador

por quien suspira el poeta que yo soy.

Triste, muy triste, el samario está de duelo

por esta gran pérdida, aleve y brutal,

de su histórico patrimonio inmemorial.

¡Por Dios, que desconsuelo!

Santa Marta, febrero 12 de 2017

A mi viejo
estadio
de béisbol

Uno de sus terruños, Tenerife… Ese punto serrano y marino,

lagunoso y bananero que se llama Ciénaga… Las ruinas demolidas de un estadio de béisbol y… hasta lo soez y lo procaz mundanos son motivo de inspiración para el poeta samario Abel Rivera García… Un poema para cada uno de esos motivos que, con gusto, publicamos en esta actualización de El Muelle Caribe.

Todo motiva una inspiración

Oh! Tenerife, patria de mis paternos ancestros,

los símbolos patrios ostentas con un orgullo sin par;
sobre ti, un telón celeste de un muy vivo arrebol,
recuerda gloriosa gesta contra el malvado Español
para que nadie pueda tu sacro nombre olvidar.

Y el tenue sol, al final del día

con esa luz con que irradia tus callejuelas de encanto,

de mitos, leyendas y espantos,

consagra con paso santo tus piadosas cofradías.

¡Pin dan! ¡Pin dan! ¡Pin dan!

Suena bien fuerte el tambor en la casa Palacín,

se oye a lo lejos un canto acompañado de un grito:

¡Vamos todos a bailar, alegre son de pajarito!

Arrebolada en Tenerife
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