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Tres desde el sitio pénal y cualquier cantidad de

directos al arco desde diferentes puntos de la cancha, tanto desde el área chica como de larga distancia: cobros con pelota quieta o con balón en movimiento, unos de Millonarios-otros de Nacional... al ángulo izquierdo superior o al inferior... al ángulo derecho superior o al inferior, arriba, abajo, de lejos o a la cabeza o a los botines de sus contrincantes…

Todo un cúmulo de hostigamiento que

chocó contra una barrera humana: Biera, con B

de Barranquilla, con B de ‘bogotazo’ —a Millo-narios en el Campín—, con B de berraco, y no me salga con el manido cuento de que se escribe con uve…

Siempre bienintencionado, Biera —el urugua-

yo Sebastián Viera, que a lo mejor echa raíces en

Barranquilla: Sara Correa tiene decepcionada y con los pelos de punta a más de una conterránea suya— es el principal artífice de la presencia de Junior en la final del fútbol rentado colombiano, primer semestre de 2016…

Hasta un golazo de tiro libre —también a Millonarios, pero en el Metropolitano— anotó el

cancerbero en la ruta de ‘La querida de Barranquilla’ por el sendero que, se aspira, lleve a la octava estrella en categoría A…

Gol y atajadas que, no hay espacio para el más mínimo tris de duda, forjan el acceso de

Junior a la pelea por un nuevo título…

Y no se demerita a nadie. Que en esta nota también hay que realzar la pujanza de Vladimir

Hernández, con dos goles fundamentales: el que empató la serie con Millonarios en Bogotá, a solo segundos del pitazo final, y el que empató el partido de ida con Nacional en Barranquilla, también muy cerca de los 90…

Dos acciones que fueron magistralmente salvaguardadas por Biera, a la hora de las defini-

ciones desde el punto pénal: atajó, con espectaculares voladas para la fotografía —bolando como Supermán—, dos cobros a Millonarios en Bogotá, para pasar a semifinales, y uno, quieto en la mitad de la portería, a Nacional en Medellín, para estar en la final…

En la retina de la afición juniorista —digamos la fanaticada—, en el corazón de la hinchada

tiburona, la imagen de Biera, con esta B, sí, está afectivamente clavada. Este ‘barranquillero’ nacido en Florida, Uruguay, el 7 de marzo de 1983, con cinco años seguidos en Junior, ya es parte del activo barranquillero… A pocas horas del comienzo de la final, un juniorista de verdá-verdá cierra los ojos y retrotrae, con solo cerrar los ojos, una, diez y cien veces más, esas imágenes de Biera volando o casi aterrizando, a ras de césped, despejando con los puños, salvando con las piernas, atenazando balones con sus manotas, prodigiosas manos...

Es un auténtico adivinador, un anti-penal que llegó preciso a cobros de Millonarios, en semi-

final, y de Once Caldas, en final, para la conquista de título del torneo de Finalización de 2011… En 2015 volvió a atajar en el tiempo de definiciones en semifinales con bola quieta ante Medellín: evitó tres, pero sus esfuerzos no alcanzaron para lograr la anhelada octava estrella…

Se declara feliz de estar en Junior, ha rechazado ofertas del Boca Juniors, River Plate, Pal-

meiras de Brasil, Colo-Colo de Chile y de los clubes españoles Sevilla y Valladolid y todas las esperanzas de su fanaticada y la de Junior también en torno a esa octava están puestas en él…

Sí, en él, porque —la verdad sea dicha— Junior es un equipo de altibajos… No tiene regula-

ridad futbolística… Y como diría el inolvidable Norberto Tejeda, Norte, en su columna de El Heraldo, decenio de los 70, en Junior ‘unas son cal y otras de arena’…

Increíblemente, esta final del futbol rentado colombiano ha de jugarse en paralelo con fechas

de la Copa América Centenario… Son las ‘increíbles’ de la organización balompedística profe-sional colombiana, pero en esas estamos… Y a esas nos acomodamos... A Nacional, por ejemplo, lo afectó por la cantidad de jugadores que el onceno paisa le ha aportado al combinado nacional…

Pero en ese marco de cosas, Junior se la juega con Medellín… Y tanto en el de ida como en

el de venida, Alexis Mendoza tiene que pararse  firme como director técnico… Exigir más a sus dirigidos si la aspiración es la de campeonar… No se puede volver a jugar como en el segundo tiempo ante Millonarios en Bogotá y el primero ante Nacional en Barranquilla... Ese Junior no es el Junior que queremos... 

Eso sí, el editorialista confía a ojos cerrados en la barrera que tiene Junior bajo sus tres

palos: Biera, con B de Barranquilla, B de berraco... B de 'bogotazo'... B de buenazo... B de...

¡barrera!... Una barrera fortalecida, solidificada, con el último cobro desde el punto penal en Medellín contra Nacional: lo hizo efectivo Jarlan, que ya no tuvo que llorar como aquella vez… La vez aquella... Jarlan Barrera anotó el de la clasificación, misma que había comenzado a fraguar Sebastián Viera con todas sus atajadas en el Metropolitano y por todos los escenarios a donde lo lleva el fútbol rentado colombiano...

Con Biera en el arco, esta vez la octava está que se deja agarrar...

Junior: la octava a solo 180 minutos en duelo ante el Deportivo Independiente Medellín.

Página Editorial

Biera

Con la B de Barranquilla,  B de berraco... B

de 'bogotazo', B de barrera!... B de ¡bueno!

Foto de zonacero.info

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